El Concilio de Constantinopla I en 381 condenó la herejía de Apolinar, que sostenía que la humanidad de Cristo solo tenía carne y alma sensitiva, y que el Verbo asumía la función de alma intelectiva. El concilio afirmó la verdadera naturaleza humana de Jesús, que incluye alma y cuerpo. También refutó otras herejías y adoptó el Credo de Nicea con modificaciones para condenar el arrianismo.
2. Apolinar de Laodicea (siglo IV): la humanidad de Cristo estaría
compuesta solamente de carne y alma sensitiva. El Verbo asu-
miría la función de alma intelectiva y racional.
Santos Padres: sin alma (sin inteligencia ni
voluntad humanas), Cristo no habría redi-
mido al linaje humano, pues no fue sanado
lo que no fue asumido.
Apolinarismo condenado por el Papa San Dá-
maso y el Concilio Constantinopla I (381).
Verdadera naturaleza humana de Jesús: unión del alma y del cuerpo.
Realidad del alma de Cristo
3. 2 Concilio Ecuménico
Constantinopla 381
1. Condenar las herejías que inquietaban la Iglesia
2. Adoptar de nuevo el Credo de Nicea con unas modificaciones
pequeñas que garantizan refutar las nuevas herejías y las nuevas
formas del arrianismo
1er. Canon: “No es permitido ignorar a los 318 Padres Reunidos
en Nicea, sino que sígase (su fe) firme y sostenida. Se
debe refutar toda herejía, especialmente: la de los
Eunomistas, Eudosianos, Medio Arrianos,
Adversarios del Espíritu, Sabelianos, Marcelianistas,
Fotinianistas, Apolinaristas.”
EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS
COMO EL PADRE Y EL HIJO
4. Para Apolinario
2 Concilio Ecuménico
Constantinopla 381
3. Refutar la herejía de Apolinario:
Cuerpo
Alma irracional
Nous
El hombre Jesús
Cuerpo
Alma irracional
NousLogos (Divinidad)
“Lo que no se asume no se
cura”
San Gregorio Nacianceno
5. •Para explicar la
unión de
naturalezas en
Cristo, los
alejandrinos
resaltaban más la
unidad y los
antioquenos la
distinción.
6. b) Las cristologías de las escuelas de
Antioquía y Alejandría
Para contrarrestar la herejía arriana
existieron en Oriente dos grandes
escuelas y dos direcciones en
filosofía y teología:
La escuela neoalejandrina, que sigue
la tendencia de unificar (confundir)
las dos naturalezas de Cristo.
La escuela antioquena, que se
inclina a distinguir (separar
demasiado) las dos naturalezas de
Cristo.
7. Escuela de Alejandría
(platónicos, exégesis místico-alegórica)
El renacimiento de la reflexión teológica que
marca el inicio de la época de oro de la
patrística tuvo lugar en Alejandría, y esto por
dos razones:
FARO DE ALEJANDRÍA
8. 1) en Alejandría, más
que en otros sitios,
permanecía viva la
memoria de los dos
grandes maestros del
Didaskaleion: Clemente
y Orígenes.
2) la herejía arriana
demandaba un examen
más minucioso y amplio
de la Escritura y
profundización en el
misterio trinitario y en el
misterio de Cristo.
9. •La escuela
neoalejandrina
conserva algunos
rasgos típicos de la
teología de
Orígenes, como una
cierta predilección
por la exégesis
alegórica de la
Escritura y una viva
pasión por la
especulación.
ORÍGENES
10. •Su máximo exponente fue
Atanasio, el indómito
adversario de Arrio y su
crítico más tenaz. Otro
representante fue Dídimo el
Ciego, menos notorio que
Atanasio, pero superior a él
desde el punto de vista
especulativo. El último gran
alejandrino es Cirilo,
principal adversario de
Nestorio, de quien
desenmascaró sus errores y
obtuvo su condena en el
Concilio de Éfeso (431).
11. Escuela de Antioquía
(aristotélicos, exégesis
histórico-gramatical)
La expresión "Escuela
Antioquena" se utiliza para
designar a un grupo de
exégetas y teólogos del siglo
IV, algunos de gran relieve
(Eustacio, Diodoro de Tarso,
Teodoro de Mopsuestia, Juan
Crisóstomo, Teodoreto), los
cuales, aunque ejercían su
magisterio a título personal,
participaban del mismo estilo
exegético y teológico.
SAN JUAN CRISÓSTOMO
12. •Se distingue de la escuela de Alejandría en
dos puntos fundamentales: uno se refiere a la
exégesis y otro a la cristología.
•En exégesis la escuela alejandrina privilegia
el sentido alegórico y la escuela antioquena
da prioridad absoluta al sentido literal.
13. •En cristología la escuela
alejandrina (teoría del
Logos-Sarx) tendía a reducir
la integridad ontológica de la
humanidad de Cristo y la
escuela antioquena (doctrina
del Logos-Anthropos) se
preocupaba de valorar
plenamente el componente
humano de Cristo, junto con
el divino, asignando a la
naturaleza humana una
subsistencia propia
(persona), corriendo así el
riesgo de comprometer la
unión sustancial entre las
dos naturalezas.
14. • Teodoro de Mopsuestia se dio cuenta
de este peligro, pero su insistencia
respecto a la indivisibilidad de Cristo
asegurada por la confluencia de las
dos naturalezas de Cristo en un solo
prosopon no resultaba satisfactoria
para los alejandrinos que, a su vez,
se presentaban a los antioquenos
como los herederos de los errores de
Apolinar. De ahí la polémica entre
Nestorio, sostenedor de la cristología
antioquena, y Cirilo, garante de la
cristología alejandrina. La condena
de Nestorio marcó, prácticamente, el
fin de la escuela antioquena.