1. LOS MODELOS DE ENSEÑANZA (RAFAEL FLÓREZ OCHOA)
La educación, vista desde sus diferentes posibilidades trasciende a través de la
mente de los actores en la enseñanza con el fin de lograr, desde diferentes
dimensiones, una formación adecuada e integral de los estudiantes; sin embargo,
dicha tarea resulta impetuosa si se considera el hecho de que no se puede
trabajar con un modelo específico en ciertas circunstancias educativas, sino que
varía dependiendo de las necesidades que se hagan evidentes en el aula; ahora
bien, habitualmente se tiene conocimiento específico de tres modelos de
enseñanza, el tradicional, el activista, y el conductista pero las condiciones
sociales en el ambiente formativo cada vez van complejizándose en medida que el
mundo evoluciona, por tal motivo es necesario contemplar el contexto en el que,
como seres integrales y tecnológicos estamos viviendo, y vislumbrar por tanto
nuevas visiones en cuanto a condiciones formativas se refiere, siendo la
pedagogía un eje de transformación social, que reviste al estudiantado no
solamente de conceptos y normas, sino también con una modelación de
ciudadanía en la que intervienen procesos de formación ética, política, moral,
cultural, espiritual, y tecnológica, han de tenerse en cuenta entonces, factores
importantes e innovadores que se han ido fundamentando en la enseñanza;
nuevos modelos pedagógicos cuya visión es adaptarse al medio actual, y por lo
tanto suplir las necesidades que este nuevo contexto demanda.
Rafael Flórez Ochoa, en su texto evaluación pedagógica y cognición, expande
estos modelos a seis, agregando el modelo romántico, el modelo cognitivo, y el
modelo social.
A continuación, se nombrarán cada uno de los modelos y se contextualizarán,
cada uno de ellos, partiendo de sus características y funciones dentro del contexto
formativo:
2. Modelo tradicional:
En cuya labor se ejercen criterios disciplinarios y transmisionistas, donde el
docente y el alumno se relacionan de manera vertical, siendo el primero el
conocedor de los contenidos, y el segundo el receptor de los mismos, no hay
relaciones que permitan compartir criterios o puntos de vista, sino que los
conocimientos son elaboraciones de carácter memorístico, de aprendizaje por
imitación y con el objeto principal de promover un buen ejemplo dentro del
contexto social.
Modelo conductista:
En éste modelo se imparte la noción de modelamiento para la productividad,
donde el crecimiento económico de un territorio es la función principal de la
enseñanza, orientado desde un punto de vista Marxista; se promueven la
acumulación y asociación de aprendizajes posibilitando la evocación de lo
aprendido en contextos sociales y laborales que lo requieran, y donde la relación
del maestro y el alumno sigue siendo vertical, sin embargo, aquí el docente ahora
no es el ente que todo lo sabe y no puede ser cuestionado por sus conocimientos
humanos, sino que ahora ejerce un proceso formativo relativamente más laxo,
siendo intermediario del proceso de apropiación de los contenidos, y ejecutor de la
programación establecida por los requerimientos institucionales, ahora asume un
rol en el que se rige también por lo que se encuentra social mente instituido, y
dirige dichos pasos para que el alumno los apropie.
Es un modelo que se orienta por los postulados de Skinner, y su teoría de
condicionamiento clásico, en la que los comportamientos pueden ser modelados
por medio de la modificación de los comportamientos, homogeneizándolos
respecto de la función que se ejerza.
Modelo romántico:
En el que se cambia radicalmente la labor del docente respecto del alumno en
comparación con los modelos anteriores, y de la función social que se ejerce por
medio de la educación, en él se estipula un modelo “anárquico” del proceso de
formación, donde existe una libertad y autenticidad individuales, visto esto tanto
desde la labor del docente como la del alumno, el desarrollo y la formación son
libres, espontáneos, y donde el alumnado pasa a ser el eje principal del proceso
de enseñanza, y el maestro una herramienta auxiliar en el contexto educacional.
Los procesos evaluativos ya no se contemplan, no se hacen necesarios.
3. Modelo cognitivo:
Donde se le otorga primacía a los niveles superiores de inteligencia, es un modelo
progresivo, que se manifiesta secuencialmente a medida que las capacidades del
pensamiento del alumno van desarrollándose, Piaget es muy tenido en cuenta
para el desarrollo de este modelo, limitando las posibilidades individuales del
alumno, impidiendo que sea brillante y que avance según sus propias capacidades
ya que se establecen a partir de los postulados piagetianos unas tendencias
educativas que ponen parámetros de crecimiento físico-intelectual estandarizados
en medida de crecimiento biológico para con el estudiante.
El rol del docente sigue siendo vertical para con el alumno sin embargo adopta la
función de facilitar el proceso de aprendizaje del aprendiz, y de estimular su
desarrollo integral respecto de las inteligencias que se fortalecen en su formación.
Modelo social:
Se tiene en cuenta que tanto el maestro como el alumno pueden llegar a una
producción de conocimientos por medio de una interacción en la que ambos se
encuentran en las mismas condiciones, se impulsa el desarrollo individual y
colectivo, bajo metodologías secuenciales y progresivas, permitiendo formación
integral en el alumno, haciéndolo un individuo con alto grado de formación tanto
académica como competente, permitiendo que se desenvuelva conformemente en
el contexto social.
Dichos modelos se desarrollaron a medida que el concepto de educación
evolucionó, con el objeto de suplir el avance de las sociedades en cuanto a los
aspectos culturales, tecnológicos, económicos y políticos se refiere, siempre en
función de los requerimientos sociales se han fundamentado y a partir de ahí
menciono: el estudiante crece y se adapta en medida que crece y cambia la
sociedad en la que se desarrolla, no todos los modelos planteados ejercen la
misma función en el proceso de formación del chico, pero son aplicables en ciertas
circunstancias educativo-formativas, es a razón del docente aplicarlos cuando se
crea conveniente hacerlo y esto hace parte de su propia pedagogía.
4. Partiendo de esto, ¿qué metas de formación puedo proponerme como docente?
En la sociedad actual es menester asociar las condiciones sociales, afectivas y
culturales que intervienen en el proceso educacional y que como docente debo
afrontar, el objeto de mi enseñanza debe estar orientado a las necesidades que
mis estudiantes deberán enfrentar, hacer de ellos personas críticas, capaces de
desenvolverse en una sociedad cuyos horizontes apuntan al crecimiento y al
desarrollo, hacer de ellos personas respetuosas, amables, honradas e inteligentes,
(teniendo en cuenta la inteligencia como la capacidad que permite solucionar
diferentes problemáticas de índole personal, familiar, social. Etc.), personas con
cultura, y con hambre de fortalecer sus propias deficiencias. Mis metas de
formación deben crecer conmigo a medida que interactúe con mis educandos,
crecer con ellos, y hacer de mí un ejemplo a seguir.
¿Con qué concepto de desarrollo voy a promover a mis alumnos?
Que sean personas con un alto grado de responsabilidad social, personal y
cultural, que sean personas cuya mentalidad sea integral, que sean personas
reconocidas por sus capacidades y méritos, por su labor, por su forma de ser, de
actuar y de saber hacer.
¿Cómo regulo mi relación con ellos?
El hecho de ser docente no quiere decir que se impida llegar a ser amable,
obviamente hay que regular la relación que se entable con mis estudiantes hasta
un punto en el que ellos me vean como aquél interesado en su formación pero no
quien solucione sus problemas, sino que los oriente para solucionarlos, que
represente para ellos alguien que no interviene en sus vidas sino que los impulsa
a salir adelante.
¿Qué experiencias (y contenidos) voy a privilegiar y a fomentar para impulsar su
formación y aprendizaje?
Quiero que mis estudiantes se formen en espiritualidad, (no desde la parte
religiosa) sino desde la mentalidad del amor propio, del amor a lo que se hace, a
lo que se tiene y se puede conseguir, que amen su ambiente, su entorno familiar,
y que obren en torno a lo que consideran pueden lograr por sí mismos, por lo tanto
hay que contemplar las múltiples posibilidades que puedo tener en mano para
lograrlo, una clase matemática que represente un reto para ellos, que despierte su
pasión, una lectura poética que exalte sus sentimientos, un video que muestre las
potencialidades que los seres humanos podemos alcanzar cuando en realidad
queremos lograr nuestros objetivos, a la contemplación del ambiente, de sus
rarezas y comportamientos.
5. ¿Cómo voy a enseñar y a evaluar?
A partir de experiencias significativas, situaciones que enmarquen cualidades,
destrezas, probabilidades, retos, que promuevan crecimiento actitudinal y
aptitudinal, que puedan dar nota y evidencia de avances a nivel personal,
individual y grupalmente hablando, que estrechen los lazos afectivos, pero que
tomen posiciones críticas ante los ideales y fines que se quieren lograr.
Dicho lo anterior termino con la frase que ha marcado mi forma de pensar y actuar
desde el momento en que la escuché y que quiero que mis chicos puedan
comprender a cabalidad.
“Lo único que necesita el mal para triunfar, es que los hombres buenos no hagan
nada”
Edmund Burk