El documento describe siete tipos de profesores deficientes o "pecados capitales" y contrasta cada uno con el buen profesor. Los siete pecados son el profesor "cuchilla" que humilla a los estudiantes, el profesor "libro" que solo repite el texto sin explicar, el profesor "madre" que es demasiado indulgente, el profesor "pavo real" que se vanagloria de su conocimiento, el profesor "neblina" que da explicaciones confusas, el profesor de la "eficiencia" que solo se
2. El profesor “cuchilla”
Alude al profesor que no perdona ningún
error a un estudiante.
Se complace poniendo malas calificaciones.
Es excesivamente exigente
Los humilla y los hace sentir poca cosa.
Inspira a sus alumnos temor.
3. El buen profesor en cambio.
Debe ser amable, benévolo y comprensivo.
Cualquiera puede equivocarse.
Estimular cuando acierta.
Felicitarlo por sus logros.
Hacer que se sienta feliz
aprendiendo.
4. El profesor “libro”
Es el que recita el libro de texto.
Escribe en la pizarra todos sus contenidos
dándoles la espalda a sus alumnos sin mirar
a nadie.
Es frío y serio. Se mantiene distante.
No se preocupa que sus estudiantes
aprendan.
Siempre esta concentrado en sus problemas.
5. El buen profesor en cambio
Tiene un sentido muy agudo, para captar si
el auditorio le esta poniendo atención.
El profesor hace preguntas, animar la clase
y sorprender a los alumnos con sus
comentarios.
Sabe contextualizar las
cosas que explica.
Conoce las conexiones
de los datos con otras
cosas.
6. El profesor “madre”
Es un profesor muy condescendiente que no
exige grandes esfuerzos a sus alumnos.
Suele perdonar los errores aunque sean muy
grandes.
Tiene una actitud de pereza y usa la ley del
mínimo esfuerzo.
No exige asistencia.
Demuestra actitudes de irresponsabilidad ya
que no prepara sus clases, no entrega notas.
7. El buen profesor en cambio
El exige no permite que el alumno se
aburra, ni se desmotive.
Cuando el profesor crea un ambiente
estimulante y desafiante, el alumno se
esfuerza por lograr los
objetivos, valorando así
sus esfuerzos por
alcanzarlos.
8. El profesor “pavo real”
Es aquel que se pavonea de sus
conocimientos e inteligencia frente a sus
alumnos.
A este profesor se le hace difícil exponer las
cosas de la manera mas sencilla posible.
Se ufana de sus explicaciones, pero sus
alumnos están confundidos, se desmotivan
y no aprenden.
9. El buen profesor en cambio
Realiza una clase no para lucirse, sino para
enseñar las cosas de la manera más sencilla
posible.
Da oportunidad a sus alumnos que
demuestren lo que saben.
Siempre está dispuesto
a aprender.
10. El profesor “neblina”
Sus explicaciones son tan confusas y tan
oscuras que los estudiantes no logran
entender.
Es un expositor vago e impreciso, no logra
hacerse entender.
Le falta preparación.
No domina los lenguajes necesarios para
ejercer su labor.
11. El buen profesor en cambio
No pierde de vista que dar una clase es un asunto
comunicativo.
Debe hablar con corrección, utilizando buena
dicción y un entonación agradable.
Al escribir en la pizarra
utiliza una letra apropiada,
ortografía intachable.
Usa lenguaje gestual, saca
provecho de la expresión corporal.
Usa lenguaje gráfico, hace gráficos, dibujos,
flechas, subraya o encierra en círculos las ideas que
necesita destacar, los elementos importantes.
12. El profesor “eficiencia”
Es aquel que cree que basta con ser
eficiente en la enseñanza para ser gran
profesor.
Se trata de un pecado de omisión, la
eficiencia es apenas una parte de la
enseñanza, no lo es todo.
13. El buen profesor en cambio
Es alguien que va más allá de enseñar, trasmite
valores, enseña con su ejemplo.
Tiene una actitud especial, con la forma de
responder a sus alumnos, como prepara y
desarrolla sus clases.
Trasmite la pasión por el conocimiento, claridad
del pensamiento, honestidad, ideales.
Los alumnos lo admiran y lo reconocen como un
guía, como un gran maestro.
Lo imitan y lo quieren.
14. El profesor “papeleo”
Cree que enseñar es pasar pruebas y
exámenes.
Se limita a entrenar a sus alumnos.
Lo que importa es que los estudiantes
cumplan con los requerimientos del sistema
educativo.
Ayuda a completar un papel.
15. El buen profesor en cambio
Tiene claro que llenar un papel es lo menos
importante.
La enseñanza en innata al ser humano, es
una de las formas más nobles para trasmitir,
conservar y desarrollar
los tesoros del conocimiento.
16. “Un profesor jubilado tenía guardada en su
escritorio una lupa grande que de vez en cuando se
la enseñaba a su nieta y dejaba que la tocara, hasta
que una mañana, llena de sol, llena de luz, la llamó
y le dijo que salieran al jardín. Allí enseño como
se podía hacer fuego concentrando los rayos del
sol en un punto candente. La niña se asombró
muchísimo y cuando entendió ese sencillo milagro
que estaba sucediendo, miro a su abuelo con una
sonrisa, clara y bella que la nieta le mostraba el
profesor se sintió feliz, por lo que había enseñado
y la niña salió corriendo a buscar a sus amigos
para enseñarles lo que acababa d aprender”