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“La geografía y su contribución en la gestión integral del riesgo por inundación”
Catalina Elvira Espinosa Vega1
, Lourdes Castillo Villanueva2
, David Velásquez Torres3
ÁREA TEMÁTICA: GEOGRAFÍA
PALABRAS CLAVES: Desarrollo Sostenible; Gestión Integral del Riesgo; Indicadores;
Inundación; Participación Comunitaria; Resiliencia; Vulnerabilidad.
RESUMEN
Se presenta un análisis de la gestión integral de los riesgos de desastres, desde una perspectiva
geográfica dentro de los aspectos conceptuales y epistemológicos de los estudios geográficos, el
cual fundamenta la ejecución de una investigación, que busca resaltar la importancia de la
evaluación de la participación comunitaria a través de la generación de indicadores de gestión de
riesgo de desastre por inundación, en todas sus fases y que genere el diseño de un modelo de
participación activa de todos los involucrados, que aumente la resiliencia y disminuya la
vulnerabilidad de la población.
Se realiza una revisión y análisis de los elementos teóricos conceptuales de la gestión de
riesgo de desastre, caracterizando el espacio geográfico estudiado a través del paradigma de la
Geografía de los Riesgos y en la que se resalta la participación comunitaria, dentro de la gestión
local del riesgo para las inundaciones, específicamente el caso de estudio de la subcuenca del río
Caldera localizada en el Distrito de Boquete, Provincia de Chiriquí, República de Panamá. Se
contempla el diseño, desarrollo y análisis de indicadores de gestión de riesgo, que considere
aspectos políticos, normativos, de planificación, financieros; entre otros.
_____________________________________
1 Becaria del Gobierno de México. Secretaría de Relaciones Exteriores. Doctorado en Geografía. Universidad de
Quintana Roo. Chetumal, Quintana Roo, México. Docente investigadora de la Universidad Autónoma de Chiriquí-
Panamá. esvecaellabsig@gmail.com
2 Profesora-Investigadora de la Universidad de Quintana Roo. Cuerpo Académico Consolidado de Geografía y
Geomática. Correo electrónico: loucasti@uqroo.mx
3 Profesor-Investigador de la Universidad de Quintana Roo. Cuerpo Académico Consolidado de Geografía y
Geomática. Correo electrónico: davvelaz@uqroo.mx Saludos
2. 2
ABSTRACT
This work is an approach to the integrated management of disaster risks, from a geographical
perspective within the conceptual and epistemological aspects of geographical studies, which based
the implementation of a research, that seeks to highlight the importance of evaluation of community
participation through the generation of indicators of disaster risk management for flood, in all its
phases and that involves the design of a model of active participation of all stakeholders, to increase
resilience and reduce the vulnerability of the population.
For achievement of this purpose we carry out a review and analysis of the conceptual theoretical
elements of disaster risk management, characterizing the geographic space studied through the
paradigm of the geography of risk and which highlights the community participation in the local
management of the risk, specifically for the floods. This leads to a design, development and analysis
of indicators of risk management, provides political, normative, of planning, financial aspects;
among others.
INTRODUCCIÓN
“Las definiciones clásicas de Geografía se refieren a ella como una disciplina que trata de la
tierra como morada de la humanidad, del medio físico y de las interacciones entre éste y la
sociedad, de la organización espacial que todo ello comporta” (Sala y Batalla, 1999: 13). Bajo este
contexto humanístico de la Geografía tiene su aparición la Geografía de los Riesgos, la cual
considera el riesgo natural según Burton y Kates (1964: 413), como “aquellos elementos del medio
físico y biológico nocivos para el hombre y causado por las fuerzas ajenas a él”. Tal y como
expresa Olcina (2009), “los trabajos de los norteamericanos White, Burton y Kates fueron los
primeros que manejan el concepto de “riesgo” en sentido moderno y otorgan un enfoque global
(importancia del factor humano en la consideración del grado del riesgo) al tratamiento de los
eventos excepcionales de la naturaleza (geofísicos y atmosféricos)” y dado a esos repetidos eventos
excepcionales, “muchos geógrafos se preocupan por analizar las relaciones generales entre las
poblaciones humanas y el medio” (Calvo García-Tornel, 1984).
Haris (1999) expresa que “la geografía constituye sin lugar a dudas una faceta intrínseca al
estudio de los riesgos, y su perspectiva es central para todos los aspectos de este campo” (p.17),
3. 3
resalta su importancia al “destacar también que las herramientas de la Geografía se han convertido
en indispensables para el análisis y evaluación de los riesgos. La necesidad de visualizar la
distribución espacial de los riesgos, identificando distintos niveles del mismo, a través de oportunas
zonificaciones, ha hecho de los mapas uno de los productos ineludibles en el proceso de la
evaluación de riesgos” (p.16). En correspondencia con estas definiciones, el geógrafo contribuye a
buscar medios de “adaptación o ajustes” que sean incluidas dentro de la gestión de riesgo,
contribuyendo al análisis y mitigación de episodios escenificados dentro del espacio.
La Geografía de los Riesgos como tal, busca un acercamiento entre el hombre y su medio.
Sus diversos estudios se han basado en el análisis de los elementos físicos por un lado (clima, suelo,
vegetación) y por otro lado, aunque un poco más reciente, en el estudio de las condiciones sociales
que imperan en un espacio. Esas condiciones sociales desde una evolución histórica y de
adaptación a las condiciones sociopolíticas y económicas que determinan en cierta forma la
distribución espacial de los asentamientos humanos y que muchas veces por las desigualdades
sociales existentes y la mala distribución de las riquezas, van desencadenando un sinnúmero de
situaciones adversas, como los desastres. Pero no siempre la marginalidad social conlleva a los
emplazamientos inadecuados, sino el crecimiento de la mancha urbana en muchas de las ciudades,
al igual que la avaricia por la ejecución de actividades que generen ingresos económicos a gran
escala, han sido motivo de que los fenómenos naturales extremos conlleven a grandes desastres para
la humanidad. En este sentido la Geografía de los Riesgos debe conllevar a que la población haga
un análisis crítico de su entorno desde la perspectiva del conocimiento de la amenaza, hasta pasar
por el análisis de la vulnerabilidad y con una mayor profundidad, hasta concretar en su participación
activa en la búsqueda de mejores condiciones que aumenta su resiliencia ante los extremos
climáticos que se presentan en la actualidad.
FENÓMENOS NATURALES EXTREMOS
En las últimas décadas del siglo XX y la primera del siglo XXI, se han presentado
alrededor del mundo fenómenos naturales que han causado pérdidas de vidas humanas, daños
materiales y económicos. Dentro de esos episodios extremos, están las inundaciones que
constituyen uno de los fenómenos naturales que más han ocasionado pérdida de vida y materiales a
nivel mundial; este hecho es citado por Calvo García Tornel (1984), quien plantea que el riesgo
natural más extendido mundialmente y más frecuentemente experimentado son, sin duda, las
4. 4
inundaciones. Al mismo tiempo originan mayores pérdidas de vidas y bienes que cualquier otro
tipo de fenómeno natural.
Las inundaciones como fenómeno natural de trascendental importancia en la actualidad,
considerada por Bethemont (1980), en su obra Geografía de la utilización de las aguas continentales
“como un tema geográfico por excelencia en la interface hombre- naturaleza, medio físico-medio
cultural”, un tema además de notable repercusión social dentro del desarrollo sostenible
considerado por Cardona (2004), “como un proceso de transformaciones naturales, económicos,
sociales, culturales e institucionales, que tienen por objeto asegurar el mejoramiento de las
condiciones de vida del ser humano, la producción de bienes y prestación de servicios, sin
deteriorar el ambiente natural ni comprometer las bases de un desarrollo similar para las futuras
generaciones”.
Como consecuencia de los repetidos fenómenos naturales extremos en diversos espacios
geográficos a nivel mundial tales como: huracán Mitch (Centroamérica, 1998); tsunami (Indonesia,
2004); huracán Katrina (Estados Unidos, 2005); huracán Agatha (Centroamérica, 2010); terremoto
(Haití y Chile, 2010); terremoto y tsunami (Japón, 2011); entre otros, se han intensificado las
estrategias y planes de acción que resaltan la mitigación de los riesgos naturales y al aumento de la
resiliencia de las poblaciones amenazadas, con base a estudios geográficos.
GEOGRAFÍA, GESTIÓN DE RIESGO DE DESASTRES Y PARTICPACIÓN
COMUNITARIA
En correspondencia a lo antes señalado, desde esa perspectiva geográfica y dado a la
intensidad de los fenómenos naturales, el presente estudio propone el análisis de la amenaza por
inundación desde la perspectiva social dentro de la gestión integral del riesgo, resaltando la
participación comunitaria como una estrategia de gestión local del riesgo (Figura 1), que contribuya
a mitigar en gran medida los efectos adversos de las inundaciones, en donde los factores sociales
como el establecimiento de viviendas e infraestructura para el desarrollo turístico en zonas
inundables, han aumentado la vulnerabilidad a sufrir daños por las inundaciones que se presentan.
En este sentido social, Lavell (2004) expresa que “el riesgo, como categoría social, siempre tiene
una dimensión temporal y territorial. El riesgo siempre se concreta de la forma más palpable a nivel
local... como tal, el nivel local y comunitario se convierte en un ámbito importante para una
consideración de los procesos de gestación y gestión del mismo” (p.51). Según Cortez, Salazar y
Mariscal (2005) “la gestión del riesgo es la manera en que se incrementa la capacidad de la
5. 5
comunidad para transformar las condiciones peligrosas y para reducir la vulnerabilidad antes que
ocurra un desastre”. (p. 22)
En países latinoamericanos se han escenificado inundaciones con graves afectaciones
sociales, económicas e inclusive políticas, tales como las de Honduras y Nicaragua en 1998, por el
huracán Mitch; en Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Bolivia, Brasil, Guatemala entre otros, que
han permitido la aplicación de programas de participación comunitaria, como parte de las
estrategias no estructurales para la gestión de riesgo por inundación.
Otras de las estrategias desarrolladas, dentro de las cuáles se han contemplado la
participación comunitaria dentro de sus ejes, están las conclusiones y planes de acción de la
Conferencia Mundial sobre la Reducción de Desastres (Kobe-Hyogo, 2005) que ha establecido
actividades como: “Promover la participación de la comunidad en las actividades de reducción de
los riesgos de desastre mediante la adopción de políticas específicas...” (p.7). También se ha
establecido el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), que aprueba en el 2010 la
“Política Centroamericana de Gestión Integral de Riesgo de Desastres” y en la cual se contempla en
el punto B, la participación de todos los sectores de la sociedad. (p.20)
En correspondencia a los párrafos anteriores, la República de Panamá adopta a finales del
2010, “la Política Nacional de Gestión Integral de Riesgo de Desastres (PNGIRD), dentro de la cual
se establece en su punto B, la participación, sociedad civil y sector privado. El sistema debe ser
participativo en varios sentidos (Decreto Ejecutivo N° 1101, 2010).
En este contexto se menciona que, aunque los fenómenos naturales extraordinarios no son
demasiados frecuentes en la República de Panamá, éste es considerado un país de riesgo por
inundaciones, especialmente en la ciudad capital, las provincias de Bocas del Toro, Chiriquí,
Darién y Colón. Existen en este país, según la Autoridad Nacional del Ambiente, cincuenta y una
cuencas hidrográficas, las cuales aunadas a los prolongados períodos de intensas lluvias, han
provocado en la historia del país inundaciones con graves pérdidas económicas, muertes y heridos.
En la actualidad, la presencia de fenómenos atmosféricos adversos asociados al calentamiento
global y al consecuente cambio climático es más recurrente, dando como resultado un marcado
incremento de las inundaciones en el país.
El área de estudio se ubica dentro de una de estas provincias; la de Chiriquí específicamente
en el distrito de Boquete (Figura 2). El distrito de Boquete constituye un área de suma importancia
a nivel nacional e internacional, dado a las actividades económicas que superan los 30 millones de
dólares anualmente según el Municipio de Boquete, en donde las actividades sobresalientes son el
6. 6
turismo ecológico, la producción agrícola, especialmente el café de exportación con altos
parámetros de calidad; entre otras. (Figura 3)
Dada la importancia del área de estudio y la asociación de desastres con las actividades del
hombre y las malas prácticas de cultivo, aumentando la escorrentía de la subcuenca y la existencia
de infraestructura en lugares inadecuados, se hace preciso diseñar estrategias de gestión integral de
riesgo por inundación del río Caldera, que permita la participación comunitaria con el apoyo de las
autoridades municipales y otros organismos de seguridad, que reduzcan la exposición al riesgo por
inundación de la población, ante la ocurrencia de avenidas repentinas, previniendo futuros riesgos
asociados o deterioro permanente e irreversible y que permita una mejor calidad de vida desde el
proceso de desarrollo local, aumentando la resiliencia ante la amenaza de inundación y
disminuyendo la vulnerabilidad de los elementos bajo exposición.
El distrito de Boquete dado a las características geográficas que presenta, con una altitud
entre los 1.000 y 2.800 m.s.n.m. y una precipitación anual de 3.455 mm, es propicia para
inundaciones rápidas con afectaciones a la población, infraestructura en el área. La red hídrica
existente en el distrito, es de gran importancia en el país, conforma la cuenca del río Chiriquí y
dentro de ésta, la subcuenca del río Caldera, que tiene un área de drenaje de 143.3 Km2
(Arosemena,
2010: 35); atraviesa los principales centros de población y ha sido escenario de desastres por
inundación. Todas las inundaciones que se han suscitado en el distrito de Boquete, guardan una
relación directa con el río Caldera y sus principales afluentes: río Palo Alto, río Palomo, quebrada la
Zumbona y quebrada Agustín.
Se tienen registros de desbordamientos del río Caldera en 1906 causando estragos a los
caseríos que recién se formaban; 1969, 1970 (una de las más devastadoras inundaciones), 1971,
1994, 2005 (Sánchez, 2008); el 22 de noviembre de 2008 (Figura 4), donde algunas viviendas
fueron destruidas por las fuertes corrientes, ocasionando damnificados y cinco millones de dólares
en pérdidas económicas aproximadamente y la más reciente el 22 de agosto de 2010 en uno de sus
afluentes principales, el río Palo Alto, con pérdidas estimadas entre seis y siete millones de dólares,
según información proporcionada por el Municipio de Boquete (Figura 5). A través de estos datos
es perceptible que la amenaza por inundación es cada día más repetitiva y a pesar de que se están
haciendo obras de mitigación estructurales no se han desarrollado otras estrategias no estructurales,
que incluyan la participación comunitaria como estrategia dentro de las medidas de gestión integral
de riesgo local.
7. 7
Muchas de estas viviendas, aunadas a la construcción de proyectos hoteleros, se encuentran
en zonas inundables del río Caldera, esta situación ha provocado como se ha mencionado
anteriormente, la pérdida de estos bienes y en otros casos, el abandono por la exposición a la
amenaza de estudio, aumentando la vulnerabilidad de los elementos expuestos.
Se han realizado algunas obras de mitigación estructurales como la limpieza del cauce (siete
km del río Caldera) con un costo de setenta y nueve mil dólares por parte del Consejo Nacional de
Desarrollo (CONADE) en la primera etapa, en el año 2009 (Lorenzo, 2009) y el proyecto
denominado “estudios y diseño, planos, especificaciones para la rectificación, protección de laderas
y encauzamiento del río Caldera, Etapa I” por un monto de 11.493.256 balboas , obra pagada con
fondos nacionales a través del Ministerio de Obras Públicas en el año 2010 (americaeconomia.com,
2010), pero aún se necesita un estudio que aplique la percepción holística del riesgo y que
contemple en su evaluación medidas no estructurales que deben seguir las autoridades locales y
organismos de seguridad, ante un evento adverso, con la participación activa de la comunidad.
En este contexto, la problemática objeto de nuestro estudio se centrará en el diseño de un
modelo de participación comunitaria generado a través del desarrollo de indicadores de gestión de
riesgo de desastre en todas sus fases y que contribuya a la ejecución de planes de desarrollo
sostenible en el distrito de Boquete, en la que se tome en cuenta el aumento de la resiliencia y la
disminución de la vulnerabilidad frente a la amenaza por inundación del río Caldera, con la
participación de los principales actores dentro del área de estudio y que puedan ser aplicadas dentro
de los planes de gestión integral de riesgo; de esta forma el diseño y modelo de gestión de riesgo
desde la perspectiva geográfica como disciplina científica, contribuye al análisis de las diversas
problemática que se suceden en el espacio y para efecto de este trabajo, en un lugar y tiempo
determinado.
Con respecto a la participación comunitaria, Kobler, Jülich y Bloemertz (2004: 31)
expresan que es obvio que el análisis de riesgo tiene que realizarse con la participación de la
población en riesgo y en cooperación con las instituciones competentes y con los niveles políticos
correspondientes; a su vez Olcina (2009) expresa que “… el riesgo aúna los tres componentes
esenciales del funcionamiento de las sociedades sobre la Tierra: el ser humano, la Naturaleza y el
espacio geográfico donde se producen las relaciones entre ambos”. (p.10)
Dada la problemática existente se ha planteado la siguiente interrogante: ¿constituye la
participación comunitaria, un modelo que contribuirá a la gestión integral del riesgo por inundación
del río Caldera, en el distrito de Boquete?
8. 8
Las investigaciones desarrolladas en el área, por organismos gubernamentales y no
gubernamentales, así como por las instituciones de enseñanza superior, están dirigidas al estudio de
la amenaza por inundación y al manejo de cuenca; entre estas mencionamos: el río Caldera y las
inundaciones del 9 de abril de 1970 en el Oeste de Chiriquí (Herrera I., 1970); Evaluación y
recomendaciones administrativas para el manejo de la Cuenca del Río Caldera (Morales F. 1984);
Determinación de prioridades y formulación de manejo para la conservación de suelos y agua en la
Cuenca del Río Caldera, Boquete, Panamá (Aguilar N. 1988); Caracterización hidrológica en el área
de Boquete, cuenca alta del río Caldera (Quiel I., 2006); Gestión del recurso hídrico en la cuenca
alta del río Caldera, Panamá (Arosemena, 2010), entre otras.
Cabe destacar, que a nivel internacional existen manuales en la que se abordan la
participación comunitaria en la gestión de riesgo, entre los cuales destacan: ¿Cómo Hacer un Plan
Comunal de Prevención y Mitigación de Desastres? Unidad Didáctica para Líderes Comunales,
Costa Rica 1998; gestión comunitaria de riesgos impulsado por el Foro Ciudades para la Vida, Perú
2002; Guía Comunitaria para la gestión de riesgo por inundaciones, Cuba 2003; Gestión Local de
Riesgo. Experiencia en América Central, 2003; Metodología de Abordaje de la Gestión
Participativa del Riesgo, Honduras 2008; el proyecto piloto participativo en gestión local del riesgo
de desastres en el distrito de Calca Perú, impulsado por el Comité Andino para la Prevención y
Atención de Desastres-CAPRADE 2009; entre otros. Los mismos abordan los aspectos
conceptuales del riesgo, hasta la implementación de metodologías que conlleven a una
participación comunitaria, dentro de la gestión de riesgo, pero no contemplan el uso de indicadores
de gestión que permitan evaluar la participación comunitaria en cada una de las fases del riesgo.
Dado a este hecho la presente investigación es relevante, ya que la información generada
servirá de modelo para su aplicación a otras cuencas del país, ya que permite la generación de un
modelo de desarrollo sostenible con la participación de la comunidad ante los desastres naturales,
contextualizada al área que se desea aplicar, contribuyendo de esta forma a la implementación de la
Política Nacional de Gestión Integral de Riesgo de Desastres.
También permitirá alimentar las bases de datos existentes tanto en el Municipio de Boquete
y la Universidad Autónoma de Chiriquí y ser utilizadas en la actualización de los mapas de amenaza
y vulnerabilidad. Permitirá un conocimiento y diagnóstico de la comunidad y cómo debe actuar
ésta en su rol participativo comunitario para la gestión integral del riesgo, relacionada a la
inundación del río Caldera; se constituirá en un modelo de apoyo a las autoridades locales,
9. 9
organismos de seguridad y protección civil, en la toma de decisiones para la prevención, mitigación,
respuesta y recuperación ante la amenaza por inundación.
Para finalizar se precisa resaltar que este primer acercamiento a los planteamientos teóricos
de esta investigación, es de mucha importancia dentro de los estudios geográficos y los aportes que
ésta como disciplina científica realiza para una comprensión más realista de las interrelaciones que
tienen lugar en el espacio.
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