Este artículo analiza el impacto negativo del megaproyecto de cultivo de palma africana en Colombia en términos de derechos humanos, medio ambiente y seguridad alimentaria. Señala que la expansión de este monocultivo se ha dado a costa del desplazamiento forzado de comunidades afrocolombianas y la usurpación ilegal de sus tierras, favoreciendo la violencia paramilitar. Además, contradice las cifras oficiales sobre sus beneficios económicos, indicando que en realidad ha
2. FACULTAD DE ENFERMERÍA
FACULTAD DE ENFERMERÍA DIRECCIÓN DE BIENESTAR
DIRECCIÓN DE BIENESTAR DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO
DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO ÁREA DE ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL
ÁREA DE ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS
PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS
FACULTAD DE DERECHO,
FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES DIRECCIÓN DE BIENESTAR
DIRECCIÓN DE BIENESTAR DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO
DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO ÁREA DE ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL
ÁREA DE ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS
PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS
Rector
Moisés Wasserman
Vicerrector VICERRECTORÍA DE SEDE
JulioSISTEMA DE PATRIMONIOS DE MUSEOS
Esteban ColmenaresARTES
FACULTAD DE
DIRECCIÓN DE BIENESTAR
DirectoraACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL
de Bienestar Universitario
DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO
ÁREA DE
Lucy Barrera Ortiz DE PROYECTOS
PROGRAMA GESTIÓN
Decano Facultad de Derecho,
Ciencias Políticas y Sociales
Francisco Acuña
Director de Bienestar Universitario
Facultad de Derecho, Ciencias
Políticas y Sociales
Gonzalo Bolívar
Jefe Programa Gestión de Proyectos
Elizabeth Moreno
REVISTA DJEMBE ISSN 2027-9337
Equipo de producción:
Ana González Vásquez
Ángela Buitrago
Marco Laython
Colectivo de Estudiantes Universitari@s
Afrocolombian@s-CEUNA-:
ceunafro@gmail.com
Ana González Vásquez
Diana Lucía Contreras
Rossih Martínez Sinisterra
Diana Lorena Montaño
Carolina Muñoz Mosquera
Elizabeth Muñoz Mosquera
Rocío Cabezas Rosero
Anyela Perea Lasso
Aiden Salgado Cassiani
Ana María Valencia
Loretta Meneses
Santiago Angulo
Leidy vidal
Mariluz Barragán
Alvaro Mosquera
Julian Grueso
Clara Duarte
Colaboradores:
Leonardo Reales
Agustín Lao-Montes
Juan Carabalí
Agradecimientos Especiales
Claudia Mosquera Rosero-Labbé
2
Impresión Djembe
Guía Publicidad
3. Contenido
EDITORIAL // Reivindicando la memoria de
nuestros ancestros a través de una palabra que
retumba en el tambor… Por Carolina Muñoz
POBLACIÓN Y CONFLICTO // “El megaproyecto de
la palma africana y su impacto en materia de
derechos Humanos, medio ambiente y seguridad
alimentaria” Por Ana Valencia
EDUCACIÓN Y PUEBLOS AFROS // ¿Hasta cuándo
te doy y me quitás? Analizando la necesidad de
reparaciones históricas para Afros en el ámbito
educativo. Por Rossih Martínez
¿La Universidad, un caso de redistribución y
reconocimiento? Por Juan Carabalí
MOVIMIENTO AFROESTUDIANTIL // Memorias de la
construcción de organización afroestudiantil
en colombia“Adquiriendo conciencia de nuestra
agencia histórica” Por Diana Montaño y Ana
Margarita Gonzáles
GÉNERO // Afrocolombianidad y género:
una mirada para la construcción de nuevas
feminidades y masculinidades. Por CEUNA
RESISTENCIA Y DIÁSPORA AFRICANA // Movimientos
35 afroamericanos: contiendas políticas y desafíos
históricos Por Agustín Lao-Montes
Cimarronismo y resistencia étnica en la naciente
República de Colombia Por Leonardo Reales
MEMORIA // Raza, Clase Social y Género: La
articulación de tres luchas con un nombre de
mujer “ÁNGELA DAVIS” Por Diana Lucía
Contreras y Anyela Perea
TÓBALO // Tras las huellas de la memoria Oral a
propósito de los poetas Afrocolombianos Jorge
Artel y Candelario Obeso Por Diana Lorena
Montaño
Djembe 3
4. EDITORIAL
Reivindicando la memoria de nuestros
ancestros a través de una palabra que
retumba en el tambor…
Carolina Muñoz Mosquera1
Ana Margarita González2
1 Estudiante de Licenciatura en Inglés
Universidad Distrital y miembro del CEUNA
2 Abogada, Egresada Universidad Nacional y miembro del
CEUNA
P ara el pueblo Afrocolombiano y en general para los pueblos de África y de la Diáspora
Africana la negación e invisibilización de nuestra verdadera historia en el escenario de lo
simbólico y lo social, la tergiversación de nuestra realidad y la falta de claridad y registro
de nuestros aportes en diversos campos de la cultura y la ciencia han sido y continúan
siendo parte de los fenómenos que violentan día a día la dignidad de nuestros pueblos
y que han constituido la base sobre la cual se ha se ha erigido la visión estereotipada y
falsa de nuestras comunidades.
Nuestro compromiso, en particular el que asumimos como estudiantes Afrodescen-
dientes, es el de generar espacios de reflexión académica y política en los cuales reivin-
diquemos, a través de la palabra nuestra historia, que es la historia de las resistencias, las
memorias y luchas de nuestros líderes, la exaltación de nuestra compleja y rica cultura;
pero además es un compromiso por crear plataformas de denuncia de las principa-
les problemáticas del pueblo Afrocolombiano y de la Diáspora que expresen nuestras
demandas y exigencias tanto al Estado como a la sociedad. En ese sentido, la primera
edición de la revista DJEMBE es el resultado de un esfuerzo del Colectivo de Estudiantes
Universitari@s Afrocolombian@s - CEUNA, por materializar una palabra que genere
rupturas con saberes impuestos más allá de las, tan de moda, elaboraciones discursivas
acerca de lo “multicultural” y que más bien le apuesta a un ejercicio de desconoloniza-
ción del pensamiento y de acción política desde nuestras propias elaboraciones como
estudiantes, profesionales y activistas Afrodescendientes.
La Revista DJEMBE ha de ser el resonar de los tambores que en las culturas africanas
y de la diáspora tienen un papel fundamental en los procesos de vida en comunidad;
El tambor, en tanto, más que un instrumento musical, es en sí mismo la expresión del
vínculo entre los vivos y los ancestros. su sonido se transforma y se constituye en un
lenguaje y en la expresión más potente y rebelde de la ancestralidad africana. El DJEM-
BE simboliza el medio de comunicación por excelencia de los African@s, traspasó las
fronteras del continente madre y proporcionó la conexión verbal, corporal y espiritual
entre todos los elementos de la naturaleza; sin embargo, el tambor como representación
4 Djembe
5. simbólica trasciende el ámbito de la comunicación para cumplir una función vital en los
procesos de resistencia, fue a través de tambores como el DJEMBE, los alegres, los cu-
nunos, que los esclavizados african@s expresaron sus sentimientos de indignación ante
el oprobio del látigo y las cadenas, desde los cantos de labor, pasando por los spirituals,
la cumbia, el bullerengue, los alabaos, la música, el sonido del tambor y las danzas han
constituido una expresión de emancipación y resistencia del pueblo Afrodescendiente
lo que fundó junto a la espiritualidad la unidad que ha permitido la supervivencia misma
de nuestros pueblos.
La revista DJEMBE, contiene secciones acerca de distintas temáticas relacionadas con
el pueblo Afrocolombiano; la primera relacionada con problemáticas que afectan nues-
tras poblaciones en lo rural, en la cual se abordan situaciones complejas que afrontan
nuestras comunidades. Por ello, en esta sección se presentan análisis de la usurpación de
territorios a causa de siembra extensiva de palma de aceite, que ha generado una crisis
humanitaria, expropiación, violación de derechos colectivos y desplazamiento forzado.
Luego nos podemos acercar desde la educación y los pueblos Afros, a visualizar una de
las principales demandas del movimiento social Afrocolombiano, en la que se plantea
el acceso a la educación superior a través de las Acciones Afirmativas vistas desde una
dimensión reparativa y distributiva, por ello se presentan varios análisis que van desde
las exigencias de procesos organizativos por la implementación de programas de ac-
ciones afirmativas en universidades hasta una reflexión acerca de la creación de una
Universidad étnica Afrocolombiana. La tercera sección es un texto sobre las experiencias
organizativas Afroestudiantiles y un relato de nuestro proceso político de constitución
de una organización estudiantil Afrocolombiana. También en esta edición abordamos
desde una perspectiva analítica las interrelaciones entre raza, sexo y género desde la vi-
sión de las mujeres Afrocolombianas y finalmente, las tres últimas secciones se refieren
a la memoria de las resistencias de la Diáspora Africana, desde el cimarronaje hasta las
luchas contemporáneas de los Afrodescendientes y nuestros aportes a la cultura desde
la poesía, la literatura y su relación con los procesos políticos de resistencia.
El principal objetivo de esta revista es el de dignificar al pueblo Afrodescendiente
a través de la palabra y la memoria, de crear una estrategia que no solo nos sirva de
herramienta de comunicación, sino también sirva de referente para tener otras visio-
nes analíticas y reflexivas del trasegar de nuestros pueblos, DJEMBE tiene como fin el
de dar un espacio para plasmar nuestros saberes y finalmente ofrecer una plataforma
para plantear nuestras reivindicaciones, exigencias y demandas con el fin de aportarle
al proceso de lucha que hoy emprendemos.
Invitamos a tod@s a que escriban y aporten sus escritos, la revista, que será un medio
de comunicación abierto para quienes creen que la transformación de esta sociedad no
sólo es necesaria, sino urgente.
Djembe 5
6. POBLACIÓN Y CONFLICTO
El megaproyecto de la palma
africana y su impacto en
materia de derechos Humanos,
medio ambiente y seguridad
alimentaria
Por: Ana María Valencia Mosquera1
1 Economista y miembro del CEUNA
N o es intención de este articulo desvirtuar las investigaciones que en materia de ca-
lidad exportadora se han hecho sobre el cultivo de la palma africana; de hecho tampoco
“Porque hay Dios en
los cielos, no le doy
pretendo atacar a la planta ni a los productos que de ella se derivan mediante proceso machete a esa palma”.
industrial, pues así como hablamos de palma, podríamos hablar de cualquier otro pro- Enrique Petro. Colono
ducto agrícola que se estuviese sembrando en forma extensiva actualmente en nuestro chocoanso afectado
país. Lo que este artículo intenta es reflexionar sobre el impacto que en materia de por el accionar de los
derechos humanos, medio ambiente y seguridad alimentaria tiene este megaproyecto y Grupos armados
las políticas de fomento que se hacen para la producción de este monocultivo el cual se ilegales y victima de la
ha ido abriendo paso en las tierras más fértiles de Colombia a punta de desplazamiento usurpación ilegal de
interno, usurpación de tierras, intimidaciones y asesinatos. Sus tierras por parte
El cultivo de la palma se inició en nuestro país en el año de 1945 cuando la United de las empresas
Fruit Company, instaló una plantación en el departamento de Magdalena. En la década palmeras.2
de los 50 y 60 el fomento del monocultivo de palma estuvo delimitado en el programa na-
cional de sustitución de importaciones que buscaba alcanzar un desarrollo industrial en 2 http://www.
semana.com/
el país3. Normalmente se hablan de determinados departamentos donde se concentra noticias-nacion/palma-
la producción nacional de aceite de palma, pero no se tiene en cuenta al departamento adentro/89187.aspx
del Chocó, tristemente famoso por casos de usurpación de tierras, intimidaciones y
violencia en los cuales mucho han tenido que ver los grupos paramilitares y los grandes
empresarios de las empresas palmicultoras asentadas en este territorio. Desde el año
2000, 12 empresas han sembrado en la zona 3,160 hectáreas de palma y solo una de
3 MINGORANCE, Fidel; MINELLI Flaminia y LE DU, Hélène. El cultivo de la palma africana en el Chocó.
Legalidad ambiental, territorial y derechos humanos. Human Rights Everywhere y la Diócesis de Quibdó.
6 Djembe
7. POBLACIÓN Y CONFLICTO
estas, Urapalma, ya está produciendo 1,000 toneladas de aceite al mes4. Parece ser
que el monocultivo crece y se desarrolla de forma violenta y poco transparente en los
departamentos ajenos al pacifico colombiano, y también en Nariño y Chocó donde se
han generado conflictos inadmisibles para la población afrodescendiente y para la ciu-
dadanía en general. Dada la expectativa que la idea ha producido en el alto gobierno y
los intereses conocidos que los paramilitares han tenido en este tipo de cultivo, la im-
plementación de la palma africana ha traído mas subdesarrollo, pobreza y desarraigo a
las región del pacifico, contradiciendo las cifras y proyecciones que desde el ministerio
de agricultura se han presentado, para vender el monocultivo como una expectativa de
la nación colombiana. Basta recordar los comentarios del paramilitar Vicente Castaño:
“En Urabá tenemos cultivos de palma. Yo mismo conseguí los empresarios para invertir
en esos proyectos que son duraderos y productivos. La idea es llevar a los ricos a invertir
en ese tipo de proyectos en diferentes zonas del país. Al llevar a los ricos a estas zonas,
llegan las instituciones del Estado”5 y en la misma concordancia Juan Rodrigo García,
vocero político del bloque Elmer Cárdenas en el alto Chocó, dijo en una entrevista que los
terratenientes dueños de los cultivos que van de Unguía a Acandí son “amigos del profe
Castaño”. “Consiguieron las tierras por medio de compras mal definidas de terrenos
abandonados”, 6La historia de la palma africana está llena de anécdotas y denuncias muy
graves, que ponen en tela de juicio los extraordinarios “beneficios” que se piensa alcan-
zarían las poblaciones y el país con este monocultivo. En el Chocó muchas comunidades,
siendo los casos más relevantes las comunidades de los ríos Curvaradó y Jiguamiandó,
han sido expropiadas de sus territorios colectivos titulados mediante ley 70 o de sus
territorios particulares. Si bien los territorios colectivos son inembargables, imprescrip-
tibles e inajenables, los grandes palmicultores han utilizado ciertas maniobras jurídicas
para poder tener de forma ilegal y fraudulenta las tierras de muchos campesinos.7
Además de la problemática relacionada al territorio ancestral, está la controversia
por las amenazas y las violaciones a los derechos humanos que han sido seguidas por la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, y la ONU para defender los
derechos de los pobladores8. Los cultivos de palma no han generado empleo de calidad
a los nativos, ni han servido para mejorar la situación de vulnerabilidad y pobreza que
persiste en estos pueblos, peor aún han hecho la vida de los pobladores mas difícil ya
que en los caseríos de Brisas, en Curvaradó y Nueva Esperanza, en Jiguamiandó, deben
hacer un recorrido especialmente largo y complicado para desplazarse al pueblo y abas-
tecerse de alimentos y gasolina, pues el camino corto hasta Belén de bajira esta tapo-
nado por cultivos de palma con letreros de “propiedad privada”. Esta situación además
de aislarlos ha puesto en peligro la vida de muchos nativos, que no alcanzan a llegar al
hospital o puesto de salud más cercano. Otro ejemplo que nos muestra la desolación y
angustiante situación en la que se encuentran muchos campesinos, es el del pueblo de
Andalucía, hoy un pueblo fantasma que luego de hostigamientos y amenazas por parte
de paramilitares se convirtió en otro bastión palmero. Los empresarios de la palma no
sólo derribaron todo el pueblo de Andalucía, sino que también utilizaron el terreno del
cementerio donde estaban enterradas 60 personas9.
4 http://www.semana.com/noticias-nacion/palma-adentro/89187.aspx.
5 http://www.semana.com/noticias-nacion/palma-adentro/89187.aspx
6 http://www.semana.com/noticias-on-line/polemica-palma/90654.aspx. Natalia Carrizosa. Martes 07
febrero de 2006
7 http://www.semana.com/noticias-nacion/palma-desplazada/95772.aspx Sábado, 08 de julio de 2006
8 http://www.semana.com/noticias-nacion/palma-desplazada/95772.aspx. Sábado, 08 de julio de
2006
9 http://www.semana.com/noticias-nacion/usurpados-del-choco/121717.aspx. 14/ marzo/ 2009
Djembe 7
8. POBLACIÓN Y CONFLICTO
Además de la grave situación de derechos humanos que se presenta en la zona,
los empresarios de la palma mienten con respecto al tema ambiental que en estos
años esta tan de moda, por el efecto que han tenido los gases efecto invernadero en
muchas tragedias mundiales relacionadas con la naturaleza. Una de las bondades más
grandes que se le imputan a los biocombustibles es su capacidad de reducir los niveles
de emisiones de Co2 y de contribuir de esta manera a mejorar la situación ambiental, a
propósito del calentamiento global. Sin embargo varias instituciones y ONG que conocen
del tema y trabajan por el medio ambiente han sido enfáticos en denunciar que si bien
los biocombustibles disminuyen las emisiones del Co2, en el caso especifico de la palma
africana, el detrimento de medio ambiente se da a través de la tala indiscriminada de
bosques, la degradación de los suelos y la destrucción de las selvas tropicales10, situación
que se quería profundizar con la aprobación de la ley forestal11 que daba incentivos a
la explotación de millones de hectáreas pertenecientes a reservas forestales y bosques
naturales, muchos de los cuales se encuentran en la región del Choco biogeográfico,
lugar destacado a nivel mundial por su amplia y exuberante diversidad en fauna y flora.
De acuerdo con el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales estas plantaciones de
palma modifican la estructura y composición de los suelos y la abundancia de especies
de fauna y flora de los bosques primarios12
Los biocombustibles se presentaron hace unos años como el gran invento para ha-
cerle frente a la escasez y altos precios del petróleo en el mundo, producidos entre otras
razones por las negociaciones que como cártel realiza la OPEP, para sacar los máximos
beneficios en el mercado mundial. Así pues, los gobiernos de distintos países han apo-
yado y convertido como una política de Estado los cultivos de muchos alimentos como
el maíz, la soya, el azúcar y el aceite de palma para la producción de etanol y biodiesel.
Los efectos a esta política no se han hecho esperar y afectan sobre todo a la población
más pobre ubicada en los países tercermundistas. Se dice que la utilización de comida
para producir gasolina reduce al hambre a 862 millones de personas, 95% de ellas en
el Tercer Mundo13, a través del alza generalizada en los precios de alimentos básicos.
Ejemplos de esta situación se vieron en México donde el incremento en el precio del
maíz, afectó directamente el consumo de las tortillas que son básicas en la alimentación
de los mexicanos, en Colombia hemos visto en los últimos meses con preocupación el
aumento en los niveles de inflación que en diciembre de 2008 se situó en 7,67%, cifra
que superó tanto el rango meta de inflación del mismo año (entre 3,5% y 4,5%) como
el registro de diciembre de 2007 (5,69%)14. El estudio de la universidad Estatal de Iowa
demuestra que hay una correlación perfecta entre el precio del petróleo y el precio de
equilibrio del maíz15, situación que explica el aumento de los precios de alimentos bási-
cos como el maíz la soya, los demás cereales y los aceites; sin embargo, hay empresas
que se están beneficiando de forma sorprendente con este fenómeno como lo son las
multinacionales Nestlé, Quaker, General Foods y Cargill la cual controla un tercio del
mercado mundial de granos y sus utilidades han crecido 170%.16
10 http://www.dinero.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=36955. Mayr Juan. 07/19/2007
11 http://www.semana.com/noticias-opinion-on-line/ley-forestal-pierde-humanidad/92475.aspx.
Milton Rengifo. Domingo 12 febrero de 2006
12 http://www.semana.com/noticias-on-line/polemica-palma/90654.aspx. Natalia Carrizosa. Martes
07 febrero de 2006
13 http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/cristina-de-torre/columna-si-son-
los-biocombustibles. Cristina de la Torre. 21 junio 2008
14 http://www.banrep.gov.co/documentos/publicaciones/inflacion/2008/res_dic_08.pdf
15 http://www.dinero.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=47681 05/09/2008
16 http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/cristina-de-torre/columna-si-son-
los-biocombustibles. Cristina de la Torre. 21 junio 2008
8 Djembe
10. POBLACIÓN Y CONFLICTO
Con lo anteriormente expuesto podemos entender la frase del relator de Naciones
Unidas, Jean Ziegler, en la que denota la preocupación que existe en estos organismos
internacionales sobre los efectos que en materia de hambre y pobreza pueden tener
los biocombustibles: “hoy el uso y fomento de biocombustibles es un crimen contra la
humanidad”17
Esta situación no es ajena a las poblaciones afrodescendientes asentadas en el campo
y en la ciudad; ya que, queramos o no, somos parte de este país y de este sistema,
por lo que el peligro que corre la seguridad alimentaria es una preocupación que nos
toca directamente, cuando vemos como nuestro poder adquisitivo va cayendo, cuando
las condiciones de trabajo se vuelven más precarias y más parecidas a la explotación,
cuando no vemos materializadas luchas como la alcanzada mediante ley 70 y sobretodo
cuando el Estado colombiano sigue manteniendo una postura racista y de exclusión
frente a los afrodescendientes y los desposeídos de Colombia. Lo ocurrido en el paci-
fico colombiano y todo este problema que han generado los cultivos de palma, es una
problemática que afecta directamente a las comunidades afrodescendientes y por tanto
a todos y todas las activistas del movimiento afrocolombiano que día a día buscamos
estrategias e iniciativas que mejoren la situación económica, social y de participación
de los negros en Colombia.
A pesar de todas las denuncias que en materia de derechos humanos han hecho
las comunidades y las aclaraciones que organizaciones ambientalistas y de seguridad
alimentaria han realizado, el Gobierno Nacional sigue fomentando el cultivo a través de
estímulos tributarios y leyes que obliguen de una u otra forma la mezcla de gasolina con
biodiesel18. En cuanto a reparación el gobierno en varias oportunidades ha certificado
que las tierras en litigio pertenecen a las comunidades negras de la zona de Curvaradó,
Jiguaminadó y Andalucía y definió que más de 29.000 hectáreas que son de las familias
desplazadas, están ocupadas de forma ilegal por empresarios, 7.000 de las cuales están
sembradas con palma. Cultivos que en algunos casos recibieron subsidios oficiales, que
gozan de protección de la Fuerza Pública, y cuyos dueños están siendo investigados por
vínculos con grupos paramilitares19.
Por eso es necesario que la sociedad civil se movilice a través de sus representantes
en las instituciones de poder o de forma directa para que el Estado asuma con responsa-
bilidad el debate, replantee las condiciones bajo las cuales los palmicultores desarrollan
su actividad productiva y comercial y devuelva la dignidad, las tierras y la tranquilidad
a los pobladores chocoanos y de otras regiones del país, los cuales ven con impotencia
y dolor como nadie los tiene en cuenta y la propagada “seguridad democrática” del
presidente – candidato no ha llegado hasta ellos.
17 http://www.dinero.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=47198. Mayr Juan. 04/25/2008
18 http://www.semana.com/noticias-economia/gran-apuesta/113897.aspx Sábado 26 Julio 2008
19 http://www.semana.com/noticias-nacion/usurpados-del-choco/121717.aspx. 14/marzo/2009
10 Djembe
11. EDUCACIÓN Y PUEBLOS AFROS
¿Hasta cuando te doy y
me quitás? Analizando la
necesidad de reparaciones
históricas para Afros en el
ámbito educativo.
Por: Rossih Amira Martínez
Comunicadora Social-Periodista,
Esp. Pedagogía de la comunicación y medios interactivos.
Miembro del CEUNA
La creación europea
de categorías de
U no de los retos más grandes de las sociedades actuales está concentrado en la
capacidad de reconocer, interlocutar y retroalimentarse con las comunidades histórica-
clasificación racial, mente excluidas y estigmatizadas, para ello los estados modernos tendrían que despo-
en conjunto con jarse de las bases ideológicas que sustentan sus ejercicios de poder y que se convierten
la emergencia de en prácticas de exterminio implantadas sobre los pueblos étnicos, su cultura, sus valo-
jerarquías raciales res ancestrales, sus territorios, sus tradiciones y saberes; en Colombia la existencia de
ligadas a la explotación naciones diversas es un tema que no se puede tratar únicamente con la presencia de
del trabajo, la artículos constitucionales que hagan alusión a la diversidad étnica y cultural, ni tampoco
apropiación de la con la promulgación de leyes decorativas para el país y mucho menos con la puesta en
tierra y la escena de una supuesta democracia representativa que no obedece a patrones distintos
desvalorización de la a los impuestos por un pensamiento capitalista, burocrático e inmensamente raciali-
memoria y la cultura zado; la condena establecida desde hace más de cinco siglos contra las comunidades
de los sujetos étnicas afrodescendientes1 en el territorio que hoy ocupa Colombia da muestra del
racializados y efectivo sostenimiento de un país racista y autócrata, en donde los saberes legitimados
colonizados,
es pilar del nuevo 1 Entiendo las comunidades afrodescendientes como las que hacen parte de la diáspora forzada
acaecida por la esclavización de africanos y africanas a las Américas y el Caribe, en esta categoría se
patrón de poder. ubican entonces quienes en lo profundo de la historia pasada y presente se han llamado, Negros,
Agustín Lao-Montes Afrocolombianos, Raizales, Palenqueros, Afrodescendientes y Afros.
Djembe 11
12. EDUCACIÓN Y PUEBLOS AFROS
por occidente desplazan violentamente a los saberes legítimos de esas comunidades,
lo cual desubica a los funcionarios del estado nación colombiana (y a los demás ha-
bitantes del país) a la hora de conversar con los grupos étnicos, en este caso con los
afrodescendientes.
La indiscutible desigualdad social, económica, cultural y política en que se ha tenido
históricamente a las llamadas comunidades negras de Colombia ha sido un asunto sin
relevancia para los gobiernos colombianos, los pertenecientes a la diáspora forzada
africana en este país no somos vistos y vistas, somos simplemente no-reconocidos/as.
Con esa particularidad se puede decir que para la existencia de medidas reparativas, los
y las afrocolombianas debemos trazar caminos de encuentro entre los blancos-mestizos
y nuestras memorias, entre sus lógicas y la nuestras, entre sus formas de vivir y pensarse
el mundo y las nuestras, este encuentro no será posible si no existe voluntad política
12 Djembe
13. EDUCACIÓN Y PUEBLOS AFROS
de la población blanco-mestiza, pero ade-
más ese encuentro poseerá una esencia
político-reivindicativa en donde los domi-
nantes tendrán que alejarse de sus formas
de ejercer el poder para realmente esta-
blecer un diálogo distinto y los histórica-
mente dominados puedan impugnar su
condena para exigir reparaciones y mos-
trar al mundo lógicas-otras de convivencia,
distribución y participación, en pocas pala-
bras sería un encuentro constante para la
descolonización.
Si no se busca desaparecer el desequili-
brio generado con los tres siglos de atraso
a los que nos sometieron en el momento
de abolir la esclavización e indemnizar a los
adueñados de los esclavizados, mientras
que a los africanos/as y sus descendientes
no se les reconoció ni material, ni simbóli-
camente sus aportes y el trabajo realizado,
si no se toman decisiones positivas que pri-
vilegien a los afrodescendientes frente a
otras poblaciones que han estado gozando
de los frutos del trabajo de nuestros an-
cestros, pues el saldo será más alto cada
momento que pasa, en lugar de posibilitar
un mundo mejor y digno, por lo contrario
se asegurará la existencia conflictiva de
relaciones mediadas por una deuda, que
debe pagarse en los planos en donde hici-
mos aportes, material y simbólicamente.
La memoria no puede seguirse piso-
teando es por eso que los afros se han or-
ganizado en diferentes partes del territorio
colombiano reivindicando su historia, su
cultura, su cosmovisión y sus saberes, los
negros-afros-colombianos tienen como herencia una cultura impregnada de estrategias
de resistencia, pero no será suficiente con resistir en medio de tanto abuso, ahora es el
momento de exigir que se nos devuelva lo que nos han quitado, pero para dar un poco
de luces de cómo tomar este camino propondré varios aspectos referentes a la educa-
ción que seguramente no abarcarán la amalgama de necesidades que se tiene, pero al
menos servirán para ir dando pasos hacia una reparación total:
La educación se ha encargado de darle sostenibilidad a las lógicas racistas que deter-
minan los tratos dados hacia los afrodescendientes, no sobra decir que aquí las bases
cristianas eurocéntricas del sistema educativo tienen volcado al país en un letargo incal-
culable, pues esta sociedad no se ha podido ver a si misma, sus ilusiones están determi-
nadas por el anhelo de parecerse cada día más a los modelos occidentales, de hablar un
buen castellano y de profesar teologías judío-cristianas, además del seguimiento de pa-
trones patriarcales; sin duda alguna la carga despectiva que desde las épocas coloniales
Djembe 13
14. EDUCACIÓN Y PUEBLOS AFROS
se dejó sobre las prácticas culturales y espirituales de
los africanos ha mantenido en este país un proyecto
de civilización absurda en donde las culturas consi-
deradas minoritarias deben cada vez más ajustarse
e integrarse a la cultura hegemónica eurocéntrica.
Frente a esta problemática los afrodescendientes
han propuesto la inserción de la Etnoeducación en
los contenidos pedagógicos, curriculares y didácticos
de la educación nacional, planteando la necesidad
de volcar la educación hacia un proceso investigativo
que posibilite de manera pragmática la consecución
de una educación intercultural, que no sólo visibili-
ce los aportes de los afrodescendientes y los demás
grupos étnicos, sino que también permita la consecución de una sociedad reafirmada
en sus características demográficas y culturales. Esto es sin duda un proyecto para la im-
plantación transversal de políticas etnoeducativas que no se limitan a la mala lectura que
el gobierno hace cuando cree que la manera de resolver esa inconsistencia educativa
nacional es promoviendo sólo la existencia de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos;
dejando a un lado el problema crítico de la academia que a través de los postulados
epistémicos impartidos en sus recintos educativos fomenta la existencia del racismo, así
mismo “…cuando no existe la más mínima preocupación dentro de las instituciones edu-
cativas por ejercer y garantizar de manera eficaz un ambiente educativo de aprendizaje
significativo para el desarrollo de competencias sociales en donde el estudiantado sea
participe constante del ínterculturalismo en sus contenidos escolares, entonces asistimos
todos y todas a espacios académicos asimilacionistas.” 2
Pero el tema de la educación no se limita únicamente a la existencia de una educación
intercultural, popular y étnica, nos enfrentamos también al problema de los millones de
infantes y jóvenes afros que no tienen posibilidades de ingresar a los niveles formales de
educación en el país, en el caso de la educación superior el tema es alarmante, porque
definitivamente ese ideal de sociedad igualitaria empañado por un desequilibrio histó-
rico del que ya hice mención, no ha permitido a los blancos-mestizos crear estrategias
eficaces para la solución de ese flagelo, a pesar de las innumerables manifestaciones
de inconformidad de las organizaciones afros y sus propuestas de solución en Colombia
2 MARTINEZ Rossih Construyendo la interculturalidad académica en “Pedagogía de la comunicación
en la Etnoeducación Afrocolombiana, destrozando cadenas mentales” trabajo de grado presentado
para obtener titulo de Especialista en Pedagogía de la comunicación y medios interactivos, Universidad
Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá 2006
14 Djembe
15. EDUCACIÓN Y PUEBLOS AFROS
y América. La condena se hace más inamovible
cuando se excluye a un pueblo de la posibilidad
de acceder a la información o al conocimiento;
les ha funcionado eso de mantener a nuestras
mayorías analfabetas, ignorantes y por tanto es-
clavas, la imposibilidad de ingresar a las escuelas,
colegios y universidades es la estrategia más clara
que han tenido para someterles a la pobreza, la
marginalidad y la opresión racial y de clase. Los
formatos de educación inculcados en nuestras
regiones son los más desactualizados y descon-
textualizados posibles y la creciente hambre que
afrontamos nos muestra también el panorama de
la deserción, que al contrario de lo que muchos
piensan no es una característica inherente al ser
afro, es más bien el producto de los múltiples esfuerzos y sacrificios que tenemos que
hacer para poder acceder a los espacios académicos, esto debido a las condiciones indig-
nas que la pobreza y la explotación (repito impuestas de manera histórica) generan. En
este caso el desarrollo del ingreso de los estudiantes afros de manera diferenciada a las
instituciones educativas del país sería un paso importante a la hora de aportar al proceso
de reparación histórica que debe hacerse a estas poblaciones, siempre y cuando este
ingreso vaya acompañado de la creación de condiciones dignas y eficaces para que los
afros se sostengan en el proceso académico y de la creación de ambientes interculturales
que se promuevan desde lo más profundo de los saberes ancestrales y académicos en
una institucionalidad que tenga como máxima pretensión transformar esos episodios
conflictivos que ha generado el pensamiento occidental y a su vez desaparecerlo.
No es posible decir que este es un país pluriétnico y pluricultural cuando de manera
déspota se trata a los que la cultura dominante han ubicado en las laderas del desarrollo,
del conocimiento y de la sociedad; no basta sólo con mostrar a los afros en las portadas
de revistas, en los pantallazos televisivos, en la publicidad institucional o en las palabras
que se enuncian en los discursos, ni tampoco poner a algunos negros a reproducir las
lógicas hegemónicas del poder y el conocimiento; no basta sólo con decirles entren a la
casa para luego refundirlos en los lugares más lejanos en donde nadie pueda interlocutar
realmente con estas personas, no es suficiente, porque entonces seguiremos dando y
nos seguirán quitando.
Djembe 15
16. La Universidad, un caso d
redistribución y reconocim
Por Juan Alberto Carabalí
Politólogo
16 Djembe
17. de
miento?
La simple negligencia
de problemas culturales,
Introducción ¿Qué es la redistribución y el reconocimien-
to? sin pretensión a particularizar demasiado, se puede decir que estos dos elementos
étnicos y raciales en se han convertido en el eje articulador de las diferentes objeciones de los nuevos mo-
una sociedad nacional vimientos sociales hacia los actuales mecanismos hegemónicos. La redistribución y el
tan heterogénea indica reconocimiento pueden ser el camino para que estos nuevos actores políticos puedan
que el impulso para conseguir lugares importantes en los espacios de toma de decisiones y, por lo tanto,
la preservación de la influir importantemente en la vida política, económica y cultural de la sociedad.
desigualdad es más Las luchas contemporáneas por el poder político distan sustancialmente de aquellas
poderoso que el impulso luchas que dominaron la segunda mitad del siglo XX, las cuales se encerraban en marco
opuesto, en la dirección dicotómico entre el capital y el trabajo, cuyos principales objetivos, esto de forma gene-
de la igualdad creciente ral, giraban alrededor de la pertenencia de los medios de producción, la explotación y el
(…) Ninguna democracia poder político. Sin embargo, estas luchas sociales eran sustancialmente excluyentes, ya
será posible si tenemos que dejan fuera del escenario a reclamaciones diferentes a las del trabajo o del capital,
un lenguaje “abierto” y un un ejemplo es de esto son los cuestionamientos hechos desde la cultura o alrededor
comportamiento “cerrado”. del genero. Con la caída del contendor socialista (URSS), ese espacio de poder dejado,
Fernandes 1972 aparentemente, sería ocupado por el mundo capitalista, pero esta sería una “realidad
a medias”. Por el contrario a lo que se pensaba, hubo una explosión de la fuerza de
movimientos y colectividades que tenían posiciones diferentes a la de clases o el capi-
tal, podemos caracterizar a estos nuevos actores políticos a los movimientos étnicos,
feministas y de sexualidad “alternativa”, en otros términos, el discurso se desplaza, sin
desaparecer, desde la explotación y la redistribución hacia discursos que vehiculan iden-
tidad, cultura, genero y reconocimiento.
Con relación a lo anterior podemos citar a Nancy Fraser, quien propone el siguiente
cuestionamiento: “¿como deberíamos entender el eclipse del imaginario socialista cen-
trado en términos tales como intereses, explotación y redistribución? y ¿como debería-
mos interpretar el surgimiento de un nuevo imaginario político centrado en las nociones
de identidad, diferencia, dominación cultural y reconocimiento?”. Este cuestionamiento
condensa de alguna forma nuestra argumentación, pero no explica de manera satisfac-
toria nuestros elementos de redistribución y reconocimiento, pero los argumentos de
Fraser nos proporcionarán a una fuerte definición y lo que nos conducirá a establecer
una relación con escenario Publio como lo es la Universidad.
Como hemos expuesto de alguna forma, el reconocimiento y la redistribución hacen
parte de tradiciones políticas diferentes, en el caso de la primera podemos decir, gene-
ralmente, que hace parte de un pensamiento socialista, donde se buscan objetivos de
redistribución de la riqueza social, es decir una sociedad más igualitaria materialmente
Djembe 17
18. económica y políticamente. En este sentido hablamos, necesariamente, de un tipo de
injusticia social relacionada con la injusticia económica, la cual es la expresión de una
concentración de la riqueza social en un determinado grupo social estructurada sobre
la base de una división social de la sociedad, la cual está confinada a la propiedad de los
medios de producción. En este sentido siguiendo los argumentos de Fraser, una solu-
ción a esta “injustica económica”, esta articulada a una “redistribución del ingreso una
reorganización de la división del trabajo”.
Cuando se habla del reconocimiento, al igual que la redistribución, nos estamos refi-
riendo a un elemento que se hace importante dentro de la cultura política contemporá-
nea, y que plantea como eje central la importante problemática de la cultura. Es en este
instante cuando se reconoce que la sociedad, en especial la latinoamericana, no es un
bloque homogéneo o universal, sino por el contrario una sociedad diversa en lo cultural,
lo que desemboca en importantes consecuencias políticas y económicas. Entonces, se
rompe como esa pretensión de una comunidad imaginada propia en la construcción de
los Estados moderno, dando lugar a nuevos actores políticos que reclaman un lugar en
los espacios de poder y de toma de decisiones. Una de las principales consecuencias
es la construcción de un espacio de luchas por el poder, donde la cultura se presenta
como una innovadora arma política, cuestionado la cultura dominante capitalista. En
cuanto a esta última idea es necesario hacer una aclaración responsable, los actores
culturales, los cuales implican, necesariamente, movimientos políticos y económicos
dentro del escenario de lucha, no son bloques o sistemas cerrados autorreferentes, por
el contrario son unidades permeables, lo que las hace dinámicas a través del tiempo,
por esta razón no podemos plantear un esquema donde figuren unidades estáticas, con
fronteras definidas, lo que las haría claramente diferenciables.
Con la aparición de estos nuevos actores se expone una sociedad ricamente hetero-
génea con múltiples objetivos y necesidades colectivos y que reclaman por parte del Es-
tado una política pública que genere inclusión en los procesos productivos capitalistas y
burgueses. Esto va aparejado, necesariamente, de una nueva concepción de ciudadano,
ya que la antigua concepción de este término trae consigo un esquema homogenizador,
esto lleva a pensarse la ciudadanía como una multiplicidad de categorías hasta el punto
de pensarse en las “ciudadanías diferenciadas”, haciendo un uso más democrático del
término.
Raza, género, redistribución y reconocimiento.
Las diferentes relaciones sociales que se construyen sobre el racismo y el sexismo hacen
que se relegue histórica, política, cultural y económicamente a la mujer o grupos étnicos
con desarrollos históricos particulares.
Por ejemplo Colombia “país que a principios de los noventa entró constitucional-
mente en el discurso multiculturalista, los análisis y cifras acerca de la persistencia del
racismo y sus efectos son sencillamente impresionantes. En efecto, todos ellos confirman
que existe una relación directa entre los niveles críticos de pobreza y la condición étnica
afrocolombiana o indígena, lo que configura una auténtica geoeconomía política de la
exclusión y la marginalidad de dichos grupos en contextos rurales o urbanos. Es un hecho
que la calidad de vida de estos grupos está notablemente por debajo de la de los demás
grupos de la población del país en cuanto a expectativa de vida, mortalidad infantil,
analfabetismo, nivel de ingreso per cápita” (Almario. 2007: 199).
18 Djembe
19. Para seguir con esta argumentación en necesario precisar el concepto de exclusión,
ya que su determinación no es tan simple como aparenta. Podemos considerar que “la
exclusión se refiere a la no incorporación de una parte significativa de la población a la
comunidad social y política, a la negación sistemática de sus derechos de ciudadanía y
a los impedimento para su acceso a la riqueza producida en el país” (Fleury. 2006: 170).
La exclusión está relacionada con dinámicas de redistribución y reconocimiento, que
condicionan el acceso, en este caso, a la universidad y a espacios públicos políticos de di-
ferentes colectividades como las minorías étnicas y las mujeres. Es decir que “la exclusión
se ubica en la intersección de dos dimensiones de la justicia social: la mala distribución
y la falta de reconocimiento. Al ser una especie de injusticia bidimensional, exige una
respuesta bidimensional” (Fraser. 2006).
Esto nos da a entender que la exclusión es una dinámica social con dos caras, por
un lado se presenta una exclusión económica; y por otro lado podemos encontrar una
exclusión política y cultural. La consecuencia mas importante es la negación de la ciu-
dadanía de diferentes sectores sociales, es decir, por ejemplo, la restricción al acceso
al espacio Publio y político en donde se toman las decisiones. La exclusión implica una
concentración del poder político.
En este escenario algunos sectores sociales con una Historia y prácticas culturales
particulares, han venido configurando, no sin dificultades, comunidades políticas que ex-
presan malestares de diversa índole frente a la pertenencia a un Estado–Nación neutro
que abanderó el proyecto de la ciudadanía formal durante la creación de la República.
Es así como “en esas condiciones, la comunidad de ciudadanos se ve abocada a forjar y
expresar nuevos criterios identitarios, distintos a la identidad nacional, en el plano de la
atribución de sentido en sus prácticas cotidianas” (Hartlyn).
Estas nuevas reivindicaciones identitarias, sin duda, traen nuevos cuestionamientos
al modelo Occidental de Estado, el cual se construyó sobre la base de una comunidad
culturalmente homogénea u homogenizada, aunque, precisamente, esta comunidad
homogénea sea una expresión de un estado imaginario (Anderson).
Los diferentes cuestionamientos a la idea de Estado-Nación se expresan a través de
“los proyectos alternativos de las diversidad étnica y cultural latinoamericana, los cuales
son también proyectos históricos, estos piensan las restricciones de las capacidades de
las democracias actuales y se proponen remontarlas desde las acciones y propuestas
alternativas para la conducción de las sociedad que ya no se perciben monoculturales”
(Zambrano. 2003: 18)
Este ambiente multicultural e intercultural propone grandes desafíos al esquema
clásico de ciudadanía que tiene en el principio liberal de igualdad ante la ley, la búsqueda
de una “comunidad imaginada” homogénea. Pero, sin embargo, en la práctica, muchas
veces la ley no es una representación de la realidad, es decir que en las prácticas sociales
las diferencias culturales, políticas y económicas dominan el ámbito público, en otras
palabras “las diferencias fueron negadas en aras de la pretendida igualdad jurídica,
aunque en las practicas cotidianas subsistan tanto las diferencias identitarias, como
las inequidades en cuanto a los derechos económicos y sociales” (García. 2006). Para
complementar esta idea tenemos que “la igualdad político-jurídica alcanzada como una
adquisición del estatus de la ciudadanía, confiere un fundamento legitimo al ejercicio del
poder, al tiempo que niega la estratificación social y los actores colectivos, y absolutiza
al individuo como el portador material de los derechos y lo deberes de la ciudadanía”
(Fleury. 2006. 199).
“Se observa que las dinámicas de lucha y combate a la exclusión tiene una dimensión
emancipadora, capaz, de generar la constitución de nuevos sujetos y de nuevas formas
Djembe 19
20. de reivindicación del ejercicio de ciudadanía” (Fleury. 1996). Es en este sentido es donde
podemos considerar procesos que configuran una nueva idea de la ciudadanía y que
pone en jaque esa concepción de una Democracia donde los partidos políticos son los
únicos e inagotables interlocutores básicos entre la sociedad y el Estado.
Si bien los partidos políticos son un actor importante, en los escenarios políticos
contemporáneos has surgido nuevos actores que han determinado no solo ser agentes
objeto de Derecho, sino también agentes que intervienen y participan en los procesos
públicos y políticos, es en este espacio donde las “las necesidades y problemas se ven
como otros tantos desequilibrios que, cuando crecen, son objeto de procedimientos y de
relevos cualificados, intermediarios políticos que, en nombre de sus mandantes, presio-
narán sobre la autoridad pública competente para que intervenga” (……….).
En esta diversificación de los actores políticos la cultura aparece como uno de los
elementos determinantes de la particularidad de estos actores, es decir que la cultura
se convierte en un instrumento político. Ahora la cultura determina la agenda política de
muchos actores organizados que pretenden exponer sus intereses en el escenario públi-
co. Por ejemplo en el caso colombiano actores como los movimientos afrodescendien-
tes e indígenas, desde su particularidad cultural e histórica reclaman una participación
en los escenarios de donde históricamente se les ha excluido. Sumado a esto podemos
decir que “la modernización de las sociedades, las culturas políticas y el reconocimiento
de los derechos de la diversidad cultural han dispuesto una nueva forma de pensar la
relación entre cultura y política” (Zambrano. 2003: 16). Básicamente estamos plantean-
do un ambiente intercultural donde las relaciones sociales se tornan dramáticamente
tensas y controversiales, ya que se plantean nuevas alternativas de organización social,
propias de las particularidades culturales de los nuevos actores, y que chocan con las
ideas y verdades establecidas por el sector hegemónico de la sociedad. Se está hablando
de propuestas de democracias diferentes.
Parte de estos nuevos actores se construye sobre la base de las reivindicaciones de
genero, es decir actores que plantean la necesidad de establecer mecanismos socia-
les que otorguen lugares importantes en los escenarios públicos de la sociedad a las
mujeres, con la consecuencia de la reorganización de las estructuras de poder monta-
das sobre redes de poder patriarcales, racistas y sexistas. “Las diferencias creadas por
la sociedad capitalista, blanca y patriarcal nos han subordinado y discriminado a las
mujeres negras por no ser iguales al sujeto para quienes fueron hechos los derechos
del ciudadano: varón, blanco, adulto, propietario… Estas diferencias nos han excluido,
marginado e invisibilizado por ser mujeres, negras, indígenas, campesinas, pobres…
Históricamente, esto ha significado no ser sujetas de derechos, estar ubicadas allende
la periferia y que nuestra identidad haya sido construida por el dominador con base en
estereotipos acerca de nuestra sexualidad, nuestro cuerpo y nuestra cultura” (lozano;
Peñaranda. 2007. 716).
En nuestras sociedades ser pobre es significado de restricciones importantes en
cuanto al acceso al espacio político, a derechos, a la participación en la riqueza social, es
decir se está incluido en dinámicas de exclusión. Si a esta situación, ser pobre, le suma-
mos la ser “negro”, “Afro” o pertenecer a alguna minoría étnica, sin dudas, es una carga
mas y que restringe aun más el acceso a la ciudadanía, es decir, sin generalizar, que ser
negro es no ser ciudadano. Esto se ve desde lo social en cuanto al relacionamiento con
los demás sujetos no negros, mestizos o indígenas, es en este escenario se destaca que
alguno es diferente, pero no por lo que constituye el individuo como ser político, sino
por la simple apariencia del color de piel, es decir que existen colombianos y negros.
Pero ¿qué pasa cuando se es pobre, se es negro y también se es mujer?, perece ser
20 Djembe
21. que para esta situación la ciudadanía en Colombia no existe, es absurdo negar que en
la sociedad colombiana no existe el racismo, y el machismo, es decir discriminaciones
por el color de piel y hacia la mujer.
Se puede decir que la situación anterior expone que las mujeres afrodescendien-
tes pueden ser denominadas como “colectividades bivalentes” (Fraser. 1996), es decir
que estas mujeres “pueden padecer tanto la mala distribución socioeconómica como
el erróneo reconocimiento cultural… tanto el género como la raza son colectividades
paradigmáticas. Aunque cada una tiene sus particularidades, ambas incluyen dimen-
siones político–económicas y culturales-
valorativas. El género y la raza implican
tanto redistribución como reconocimien-
to” (Fraser. 1996: 31)
Haciendo referencia a las posibles solu-
ciones a tal problema, es necesario que se
articulen tanto procesos de redistribución
como procesos de reconocimiento, pero lo
mas importante es que ninguno de estos
puede estar supeditado el uno al otro. “La
subordinación de la mujer negra desapa-
recerá si se transforman los imaginarios
sociales que nos hacen objeto de uso y
derecho de los hombres y que definen
nuestros cuerpos sólo en términos de una
sexualidad cosificada como cuerpos para
la sexualidad o para el trabajo doméstico,
como objetos deshumanizados de obser-
vación para el turismo o como pretextos
para la caridad. Se necesita una organiza-
ción social que no jerarquice a los seres
humanos por ninguna condición, ni social
ni económica ni étnica ni sexual ni “racial”.
La única condición que se ha de tener en
cuenta es la humana. Se precisa una orga-
nización social que flexibilice los roles de
género, permitiéndoles a los hombres vivir
su plenitud de seres humanos y a las mu-
jeres tener autonomía sobre sus cuerpos y
sus vidas” (lozano; Peñaranda. 2007: 718).
Conclusión.
Pero que tiene que ver el reconocimiento y
la redistribución con la Universidad y espe-
cial con la Universidad pública. Los escena-
rios de lucha política en Latinoamérica, en
especial en Colombia, han sido dominados
por un actor hegemónico, el cual extien-
de su hegemonía en el plano económico
Djembe 21
22. político y cultural, este cierra el espacio político para todas las demás colectividades
culturales, relegándolas a un espacio de desconocimiento político, lo que también trae
como consecuencia la exclusión económica. En los procesos de reconocimiento y redis-
tribución, los cuales se presentan como procesos que pretenden inhibir los problemas de
desigualdad económica y discriminación cultural y política, se busca abrir esos espacios
que mucho tiempo estuvieron fuera del alcance de estos sectores sociales, es decir de-
mocratizar los espacios políticos. Esto último trae la necesidad de una reestructuración
de los mecanismos de representación que dé cuenta del reconocimiento hacia estas
colectividades. Uno de estos espacios que se le han sido negados, ya sean por la desigual-
dad económica o por la discriminación cultural y política, a las diferentes colectividades
culturales y legitimas, es de la educación, elemento necesario para la emancipación men-
tal y espiritual. Por estas razones es necesario que en sociedades como la colombiana,
se abran estos espacios, como el de la educación y en especial el de la Universidad, para
estos colectividades culturales que se han encontrado históricamente discriminados, el
cual sería el paso para la construcción de una verdadera sociedad plural y democrática.
En este escenario la Universidad y más la Universidad pública, se puede presentar
como un instrumento necesario para dar pasos hacia procesos que contribuyan, de algu-
na manera, a situaciones de reparación y reconocimiento. En estos espacios educativos
es donde se generan dinámicas que transforman, en alguna medida, los imaginarios
sociales, es por esto que es necesario abrir las puertas de la Universidad para esa pobla-
ción que históricamente se ha encontrado marginada de este espacio para romper con
ese esquema simbólico que excluye y genera estereotipos errados sobre colectividades
particulares.
En la universidad se crean procesos de liderazgo que en el futuro contribuirán a pro-
cesos sociales que contribuyan a la construcción de una sociedad menos excluyente, mas
igualitaria y por que no, mas democrática. Una sociedad de todos para todos.
Bibliografia
• ALMARIO GARCÍA ÓSCAR, (2007): “Reparaciones contemporáneas: de la Memoria de la Escla-
vitud al cuestionamiento de la exclusión social y el racismo”. En: Claudia Mosquera Rosero-La-
bbé y Luiz Claudio Barcelos. Afro-reparaciones: Memorias de la Esclavitud y Justicia Reparativa
para negros, afrocolombianos y raizales.
• BETTY RUTH LOZANO Y BIBIANA PEÑARANDA. (2007) “Memoria y Reparación ¿y de ser muje-
res negras qué?”. En: Claudia Mosquera Rosero-Labbé y Luiz Claudio Barcelos . Afro-reparacio-
nes: Memorias de la Esclavitud y Justicia Reparativa para negros, afrocolombianos y raizales.
• Fleury, Sonia, (1998): “Política social, exclusión y equidad en América Latina. En: Revista nueva
sociedad.
• Fleury, Sonia, (2006): “La expansión de la ciudadanía”. En: Inclusión social y nuevas ciudada-
nías. Pontificia universidad Javeriana
• Fraser, N. (1997). Redistribución y Reconocimiento. Justicia Interrupta. N. p. Jurídico. Bogotá.
• Zambrano, Carlos Vladimir (2004). “Nación y pueblos indígenas en transición. Etnopolitica
radical y fenómenos policulturales emergentes en América Latina”. En: Zambrano, Carlos Vla-
dimir. etnopoliticas y racismo.
• Zambrano, Carlos Vladimir (2004). “racismo y viceversa. Apuntes para la crítica cultural del
racialismo en el antirracismo”. En: Zambrano, Carlos Vladimir. etnopoliticas y racismo
• Díaz-Polanco, Héctor. (2004). “Cuestión étnica y cambio social en América Latina”. En: Zam-
brano, Carlos Vladimir. etnopoliticas y racismo.
22 Djembe
23. MOVIMIENTO AFROESTUDIANTIL
Memorias de la construcción
de organización afroestudiantil
en Colombia
“Adquiriendo conciencia de nuestra agencia histórica”
Por Diana Lorena Montaño1
y Ana Margarita González2
1 Estudiante de Licenciatura en Lengua
Castellana y Humanidades Universidad Distrital
y miembro del CEUNA
2 Abogada, egresada de la Universidad
Nacional de Colombia.
D esde el nacimiento del Colectivo de Estudiantes Universitarios Afrocolombianos-
CEUNA- la apertura de procesos de unidad entre las diferentes expresiones organiza-
tivas, colectivos, palenques universitarios integrados por estudiantes Afrocolombianos
principalmente enfocados en visibilizar problemáticas relacionadas con nuestra comu-
nidad y sobre todo comprometidos con la apertura de espacios de denuncia sobre del
racismo, pero sobre todo de acción política contra el mismo en escenarios académicos
y comunitarios, ha sido una de las apuestas fundamentales de nuestra organización.
Este proceso de unidad tiene como fin principal generar alianzas estratégicas entre los
estudiantes Afros para proponer planes de acción en conjunto con el objeto de aportar
desde nuestra condición, de estudiantes negros, a la solución de las problemáticas de
nuestra comunidad y a fortalecer el movimiento social Afrocolombiano en general, así
mismo, articularnos a las diferentes luchas que libran los diferentes sectores sociales y
populares contra la imposición de un modelo neoliberal y el capitalismo.
Sin embargo, en la historia del movimiento social Afrocolombiano es necesario re-
conocer el papel fundamental que han jugado los estudiantes Afrocolombianos en la
construcción de movimiento social, en ese sentido, es necesario hacer un relato de las
dinámicas de estas iniciativas juveniles y estudiantiles en cuyo seno nacieron varias de las
organizaciones que hoy conforman el movimiento de comunidades negras en Colombia:
(i) Algunos relatos del proceso social juvenil de comunidades negras
A mediados de los años 70 surgieron las principales expresiones organizativas de
carácter estudiantil en compañía de intelectuales y activistas a través de la creación de
grupos de discusión y estudio en Universidades en su mayoría públicas, muchos de estos
colectivos nacieron bajo la influencia del movimiento por los derechos civiles, la lucha
Djembe 23
24. MOVIMIENTO AFROESTUDIANTIL
anticolonialista y anti-apartheid en África, reivindicaban de manera explícita y autónoma
su carácter de movimientos negros enarbolando banderas contra la discriminación racial
y la lucha por la igualdad de derechos1 , varias de estas iniciativas fueron integradas por
estudiantes, intelectuales y profesionales negros en las ciudades principales, también en
ciudades como Quibdo y Buenaventura se produjeron algunas bajo el influjo ideológico
del Black Power
Pero la que tendría mayor trascendencia al convertirse proyecto político a posteriori
sería la del Circulo de Estudios Soweto que nació en 1976 en la Universidad de Pereira
integrado por estudiantes negros, en su mayoría oriundos del Chocó y que la postre se
convertiría en la organización que hoy conocemos como Cimarrón.
La experiencia del Circulo de Estudios Soweto también se desarrolló en ciudades
como Buenaventura, en esta primera etapa de construcción de un modelo organizativo
en lo estudiantil resultaba de mucha importancia la formación política orientada al es-
tudio de los líderes Afros, en especial, los norteamericanos, las referencias políticas de
mayor relevancia eran las de Malcolm X, las Panteras negras, MLK etc. Era fundamental
el estudio de la cultura negra, la historia del Pacífico y se promovía la autoestima y el
fortalecimiento de la identidad entre jóvenes negros2.
Hacia 1979, podríamos afirmar que se desarrolló un sistema de cooperación y alianza
entre los procesos de base campesinos en el Chocó (Comunidades Eclesiales de Base y
la construcción de la Asociación Campesina Integral del Atrato) y el Circulo de Estudios
Soweto, en cabeza de Mosquera, quien iba a dar charlas en la zona de los ríos3
1 Agudelo Carlos Efrén, Retos del Multiculturalismo en Colombia. Política y poblaciones negras, Medellín,
la carreta social, 2005.
2 testimonios Rosa Solís, 1998 en Agudelo Efrén. Retos del Multiculturalismo en Colombia. Política y
poblaciones negras, Medellín, Ed. La Carreta Social, 2005. Capítulo 5 p.p 56
3 Testimonio padre Gonzalo de la Torre en Agudelo Efrén. Retos del Multiculturalismo en Colombia.
Política y poblaciones negras, Medellín, la carreta social, 2005.
24 Djembe
25. MOVIMIENTO AFROESTUDIANTIL
En Buenaventura y la Costa Caribe hubo iniciativas conjuntas entre trabajadores y es-
tudiantes negros, en Buenaventura bajo el influjo del movimiento de las Panteras Negras
con trabajadores de Puerto (por el puerto entró mucha gente), mientras que en la Costa
Caribe se impulsaba la creación de una organización de trabajadores negros (finales de
los 70). En Bogotá en lo estudiantil en la misma época que se estaba desarrollando el
paro en el Chocó los primeros estudiantes Afros de la UN tenían un espacio de formación
y articulación desde su vinculación con organizaciones políticas de izquierda.
En el Caribe Colombiano, al no existir, como en el Pacífico un movimiento rural de
dimensión significativa, el núcleo de profesionales y estudiantes tuvo un mayor acti-
vismo en Pro de la consolidación del movimiento negro regional4, sin embargo, podría
afirmarse que el “movimiento de comunidades renacientes” de la costa Caribe surge a
principios de la década de los 80 como resultado de la manifestación de un grupo de
jóvenes que pertenecían en ese entonces a grupos culturales, juveniles, estudiantiles,
organizaciones progresistas, así como de algunos que tenían relaciones con partidos.
Estos jóvenes, en su mayoría estudiantes universitarios y de secundaria en la ciudad de
Barraquilla, venidos de distintos lugares de la Costa Caribe (en especial de Cartagena y el
Palenque de San Basilio), tenían la experiencia de trabajo comunitario en barrios, en el
marco de actividades culturales y académicas5 El interés de dichos jóvenes en temas de
corte académico como el racismo, lo negro, la discriminación y prácticas excluyentes y
se desplazó hacia las cuestiones prácticas de organizaciones de comunidades y, a través
4 CASSIANI, Alfonso, “Las comunidades renacientes del Caribe Continental “ en MOSQUERA, Claudia
“Afrodescendientes en las Américas: Trayectorias sociales e identitarias(…)” Ed. Universidad Nacional de
Colombia y otros 2002 p.p 577
5 Ibid. p.p 578
Djembe 25
26. MOVIMIENTO AFROESTUDIANTIL
de éstas, a la lucha por el fortalecimiento de la identidad histórica y cultural como grupo
étnico. Experiencias en Cartagena y Barranquilla, grupos eclesiásticos en San Onofre
(Sucre), actividades campesinas en los Montes de María y organizaciones de pescadores
en las costas y golfos de Bolívar, Sucre y Córdoba.
Ese mismo grupo estudiantil que asumió una propuesta organizativa a mediados
de los 80 en la ciudad Barranquilla en la década de los 90 le apostó a la conformación
de un ente nacional que hoy conocemos como Proceso de Comunidades Negras (PCN)
desde la perspectiva de región (que por supuesto es mucho mas complejo porque es
un proyecto de articulación nacional que deviene de la Coordinación Nacional de Co-
munidades Negras).
Ya a finales de los 80 y principios de los 90, los jóvenes universitarios, estudiantes
organizados en núcleos de trabajo hacia el discurso étnico negro en Buenaventura con
base en el trabajo que tiene origen en los 60 con la pastoral del trabajo religioso católico
(Valencia Cano) mas la inspiración de la experiencia de la ACIA en el Chocó iniciaron una
labor de estímulo a la organización de los ríos de la zona. Las expresiones organizativas
Afrojuveniles populares y de estudiantes negros que estaban finalizando sus estudios
convergen con las experiencias de jóvenes interesados en realizar trabajo organizativo
en la región confluyeron en la organización juvenil “Fundación Litoral siglo XXI” que
son quienes empiezan a agitar todo el tema de la inclusión de los negros en la Constitu-
ción desde los escenarios preconstituyentes, allí llevaron sus inquietudes como jóvenes
desde lo popular y lo racial.
En un análisis de estos procesos organi-
zativos, es de particular importancia darle
relevancia a varios aspectos:
Que las expresiones organizativas es-
tudiantiles y juveniles Afro han sido pro-
ductoras de etnicidad y de conciencia
étnico-racial, en el proceso de autoreco-
nocimiento y de construcción de identi-
dad. La importancia de la formación y el
conocimiento de la historia. También exis-
te una relación clara entre la academia y la
formación organizativa, y una cooperación
necesaria entre los procesos urbanos de
estudiantes e intelectuales con los proce-
sos rurales étnico-territoriales.
Cabe anotar que estas expresiones or-
ganizativas estaban constituidas por per-
sonas provenientes de diferentes sectores
políticos e ideológicos, pero con claridad
en la relación dialógica con la comunidad
y sus problemáticas lo que ha desbordado
el escenario de lo estudiantil, han apoyado
procesos con los sectores populares, cam-
pesinos, obreros, sociales, comunitarios,
barriales de la comunidad Afro, ese es el
elemento que potencializa su trabajo.
Sin embargo, debemos ser profun-
damente críticos y comprender que han
26 Djembe
27. MOVIMIENTO AFROESTUDIANTIL
cometido toda suerte de errores ya que muchas de estas expresiones han degenerado
en una serie de organizaciones que a pesar de todo su acumulado no tienen mayor nivel
de incidencia, organización y claridad política. En 20 o 15 años ha habido una explosión
desbordada de organizaciones Afro de papel cuyo impacto en la comunidad es poco
por no decir nulo y que además padecen de corrupción y clientelismo y están mas inte-
resadas en la gestión de recursos, puestos burocráticos o cargos de “elección popular”
que en la verdadera construcción de movimiento social Afro. Muchas organizaciones se
quedan cortas en sus propuestas y plataforma política porque no relacionan su carácter
étnico racial con un carácter popular y de clase, entro otras razones. Se viven altos niveles
de dispersión y de enfrentamientos de egos y cacicazgos políticos, olvido de las bases,
relación de caciques electoreros con paramilitares y los recientes esfuerzos de grupos
de pseudo líderes Afros de derecha nacidos en el seno mismo del gobierno y que con-
sideramos de “alta peligrosidad”, ya que se “abrogan” el derecho de “representarnos”
cuando en realidad están negociando la dignidad del pueblo Afrocolombiano.
Es allí, donde se ve la necesidad de renovar, de oxigenar y aportar a la construcción
de movimiento social Afrocolombiano que realmente se piense la transformación de las
condiciones de vida, la realidad de pobreza, marginalidad y racismo de la comunidad Afro
y como respuesta a esa preocupación nace este esfuerzo organizativo juvenil-estudiantil
Afro.
En el año 2007, en un esfuerzo sin precedentes, se lleva a cabo el I ENCUENTRO
NACIONAL DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y JOVENES AFROCOLOMBIANOS –
ENEUA- en la ciudad de Bogotá que se vislumbra como un nuevo referente en el marco
de los procesos organizativos del movimiento social Afrocolombiano y que emerge del
complejo panorama de las distintas situaciones que continuaban golpeando al pueblo
Afrodescendiente: crecimiento de la siembra de monocultivos en los pueblos de pa-
cifico colombiano, el incremento del desplazamiento a causa de la violencia, el auge
de los análisis en materia de etnoeducación, la propuesta de autonomía por parte de
los pueblos desde una proyecto de etnodesarrollo, y la necesidad de aunar esfuerzos
a nivel nacional desde diversas miradas para crear derroteros más fuertes con miras a
Djembe 27
28. MOVIMIENTO AFROESTUDIANTIL
contrarrestar las políticas neoliberales alimentadas por ideologías de derecha adscritas
a un gobierno autoritario.
Desde sectores juveniles de las organizaciones universitarias, sociales existía una
cada vez más grande preocupación académica y política por los destinos de la comuni-
dad Afrocolombiana y en particular nos preocupaba el tema de acceso a la educación
superior de estudiantes Afrocolombianos , si bien es cierto, estábamos articulados a
reivindicaciones y procesos políticos al interior de la universidad como la defensa de la
educación pública, la democracia y gobierno universitario, el bienestar y la autonomía,
nosotros, estudiantes negros, Afrodescendientes teníamos unas realidades y problemá-
ticas particulares que desbordaban las reivindicaciones históricas clásicas del movimien-
to estudiantil, como la exigencia de Acciones Afirmativas.
La concreción de un proceso de Unidad Estudiantil Afrocolombiana nace de la nece-
sidad de crear un espacio académico y político que le permita a la comunidad univer-
sitaria afro colombiana en particular, y al país en general, reconocer la importancia de
los estudiantes Afro colombianos en el proceso de construcción y fortalecimiento de la
identidad étnica, histórica y cultural y de la necesidad de construir una agenda común
de unidad entre las diversas expresiones organizativas de los estudiantes Afrocolombia-
nos. Además analizar y combatir los niveles de desigualdad social, discriminación racial,
y sometimiento a violencia de los Afrodescendientes que no solo siguen intactos si no
que se profundizan como resultado del aumento de las brechas sociales y de la violencia,
terror, y guerra que se disparan tanto en Colombia como en el mundo en general. En ese
sentido, el I Encuentro Nacional de Estudiantes Universitarios Afrocolombianos se con-
virtió en un esfuerzo por consolidar un trabajo organizativo que como comunidad Afro
estudiantil y juvenil nos permitiera fortalecer el proceso organizativo Afro en general y
articularnos con los diversos sectores de la sociedad.
A este escenario se articularon expresiones organizativas de varios rincones del país
tanto del Caribe como el Pacífico Colombiano, entre las cuales se encontraban Cali, Car-
tagena, Popayán, Pereira, Barranquilla, Sincelejo, Villavicencio, entre otras. Un espacio
de debate que corroboro en gran medida las problemáticas, ya citadas, y el interés desde
la juventud en proponer formas de solución trabajando conjuntamente para ello. De esta
forma, se conformó una agenda de trabajo común de este espacio, con la propuesta de
realizar Asambleas Nacionales con cierta periodicidad y cuya finalidad fue la de promo-
ver el proceso de articulación nacional, se desarrolló un evento de carácter académico-
político en el cual se abordaron cuatro ejes temáticos, población y conflicto, cultura e
identidad, movimiento y organización y etnoeducación y pueblos Afros, consideramos
que a través de estos cuatro ejes se aborda no solo la problemática de la población
Afrocolombiana si no, las propuesta de acción política, en particular, la relacionada con
las formas y estrategias de construcción de organización.
Una de las actividades relevantes, que se llevaron a cabo en este Encuentro fue la
movilización de algunos asistentes hacia el edificio administrativo de la universidad Na-
cional. Ésta movilización logró establecer una mesa de negociación entorno a las cuotas
como una medida acción afirmativa con miembros de ésta Universidad. En este proceso
han participado como Voceros grupos que hacen parte de lo que actualmente ha tomado
cuerpo y es asumido por diferentes grupos Juveniles que participan en este proceso del
ENEUA como su responsabilidad histórica.
A finales de octubre de 2009 los estudiantes del Colectivo Asante de la ciudad de
Buenaventura organizaron el ENCUENTRO NACIONAL-ENEUA II- Este segundo Encuen-
tro reiteró el interés de sus participantes en construir una organización dinámica, que
debe establecer soluciones a la problemáticas que afronta la comunidad y manifestó
28 Djembe
29. MOVIMIENTO AFROESTUDIANTIL
su desaprobación frente a las política neoliberales que instrumentalizan y explotan los
recursos de las comunidades del pacifico colombiano y demás sectores del país pero
además se avanzó en la consolidación de una plataforma político-organizativa, dicha
plataforma ideológica se enmarca en una propuesta que busca la construcción de un
orden político distinto y emancipador, profundamente crítico de la crisis humanitaria del
pueblo Afro entendiendo que ésta es producto del actual modelo político y de gobierno
autoritario, en ese sentido, se definieron, en términos generales varias apuestas políti-
cas, a saber, (i) La construcción de un proyecto emancipatorio de los Afrodescedientes,
en el contexto de un nuevo modelo político- económico democrático y la defensa de
nuestros territorios étnicos para promover el etnodesarrollo y el gobierno propio, (ii) la
lucha contra el racismo en todas sus dimensiones desde la etnoeducación y la acción
pedagógica que nos permita resaltar la diversidad étnica colombiana, y entender la
cosmovisión de los pueblos afro, en ese sentido, propender por una educación no ho-
mogenizante e iniciar una lucha por implementación políticas de Acción Afirmativa para
el ingreso de la población Afrocolombiana a la educación superior y finalmente (iii) la
recuperación y reivindicación de nuestra historia ancestral, la cultura y la espirituali-
dad que debe ser exaltada en cada espacio de nuestra lucha reivindicatoria y debe ser
utilizada como herramienta para reafirmar el pensamiento Afro, así mismo, reivindicar
el pensamiento Cimarrón como herramienta para recuperar nuestra historia y nuestras
luchas ancestrales.
Se han desarrollado varias asambleas de delegados, denominadas COTI en varias
ciudades neurálgicas del país, en dichas reuniones se avanza en la construcción de un
plan de trabajo que permita fortalecer y darle viabilidad a la estructura organizativa, sin
embargo, la dispersión, la falta de compromiso y algunos debates en torno a la orienta-
ción política han evitado el crecimiento del proceso.
A principios del mes de octubre el Colectivo de Estudiantes de la Universidad del
Atlántico y la Organización de comunidades negras “Ángela Davis” coordinaron la realiza-
ción del III Congreso Nacional de Jóvenes y Estudiantes Universitarios Afrocolombianos
en la ciudad de Barranquilla, dicho congreso buscaba la concreción de la organización y
la generación de acuerdos programáticos y de acción, sin embargo, la llegada de nuevas
organizaciones de la Costa Caribe y de algunos grupos descontextualizados del proceso
dificultaron el logro de tal fin, sin embargo, se avanzó en la consolidación de una coor-
dinación política que daría mayor forma al espacio y orientación. En el año 2010, esta
Coordinación politica desarrollo el IV ENEUA en la ciudad de Tado – Choco; no obstante,
no se lograron avances significativos, a causa de la limitaciones en una comunicación
efectiva, descontextualización sobre las dinamicas del proceso por parte de algunos
grupos nuevos del procesos y de aquellos que permanecieron ausentes de los COTIS
convocados, egos y cacicazgos políticos.
Este proceso organizativo sin precedentes cuenta con la presencia de jóvenes Afro-
descendientes de gran parte del país, es un proceso que parte de la heterogeneidad y la
unidad en la diversidad, comprendiendo que cada colectivo, grupo, palenque universita-
rio que lo integra mantienen la autonomía de sus trabajos locales, tanto los académicos
como los de base comunitaria pero que al mismo tiempo intenta coordinar tareas en
las líneas de movilización, trabajo comunitario y formación política a nivel nacional bus-
cando la recomposición del movimiento social Afrocolombiano y la transformación de
las condiciones de miseria, racismo y exclusión.
Finalmente, se resalta la importancia se coordinar una agenda Afroestudiantil Lati-
noamericana, en procesos de unidad continental y de la Diáspora Africana como un eje
fundamental para desarrollar acciones de impacto político a nivel internacional.
Djembe 29
30. GÉNERO
Afrocolombianidad Y Género
Una mirada propia para la construcción de nuevas feminidades y masculinidades1
1 El siguiente documento fue presentado en LA SEMANA DE (LA) INTERCULTURALIDAD Y (LA) RESISTENCIA ETNICA, organizado
por el Colectivo De Estudios Poscoloniales/ Decoloniales en/de America Latina COPAL, el Colectivo de Estudiantes Universitarios
Afrocolombianos CEUNA, el Centro de Investigaciones y Educacion Popular CINEP; junto a la colaboración de La Universidad
Pedagógica Nacional y La Universidad Nacional de Colombia, el día Viernes 2 de Noviembre de 2007 en el Centro Cultural Gabriel
Betancourt Mejía ponente Loretta Alejandra Meneses delegada de CEUNA.
U na construcción colectiva que realizamos en el CEUNA sobre la vida de una mujer
afrocolombiana en la ciudad, comenzaba con el siguiente relato:
“Mi mamá es del Chocó, de un pueblo que se llama San Martín de Purre, ella se vino
escapada de allá porque la iban a casar. Una noche la abuela que se había muerto, se le
apareció y le dijo: lo que tienes que hacer no lo hagas. Entonces ella como a las 12 de la
noche con el único vestidito que tenía, cogió una canoa y se bajó a Quibdo. 2
En este relato con el que comienza la historia de una de las muchas mujeres afroco-
lombianas que viven en esta ciudad, se evidencia la insubordinación y la independencia
de nuestras mujeres, mujeres que tienen una historia propia, una voz particular y un
papel en la sistemática resistencia de nuestro pueblo a ser sometido, en su incansable
lucha por la libertad.
En el CEUNA hemos entendido que para hablar de resistencia étnica afrocolombiana,
es necesario rescatar el papel tanto de hombres como de mujeres en esta lucha histórica
y hablar de las relaciones que han entablado hombro con hombro en todas las activi-
dades de la vida cotidiana, a diferencia de las mujeres blancas burguesas que si fueron
confinadas en la historia a hacer parte de la esfera privada del hogar.
Las mujeres negras y así como las trabajadoras rurales, por ejemplo, discrepan de la
esquematización de la “subordinación de la mujer sometida al espacio privado”, porque,
teniendo en cuenta la experiencia de sus madres y abuelas trabajadoras, esclavas o
inmigrantes, han vivido la participación de sus antepasadas en el “mercado de trabajo”
de una forma definitivamente diferente3.
2 Fragmento de una entrevista realizada a Catalina Mosquera en un proyecto realizado por Integrantes
de CEUNA
3 Sant’anna Wania. Hacia una Percepcion de Genero y Raza. Brasil. 1995. Revista Especial/Fempress.
30 Djembe