Nuestras predicciones sobre el futuro a menudo se basan en recuerdos sesgados de eventos pasados y nos vemos influenciados por eventos dramáticos que vemos en las noticias o experimentamos personalmente. Para minimizar este sesgo en la memoria y hacer evaluaciones de probabilidad más precisas, debemos analizar críticamente nuestros supuestos iniciales y recurrir a estadísticas reales en lugar de impresiones.
2. Frecuentemente basamos nuestras
predicciones sobre acontecimientos
futuros en nuestros recuerdos de
acontecimientos pasados y nos vemos
influenciados por los acontecimientos
dramáticos.
3. La probabilidad de casos poco frecuentes pero
catastróficos, ejemplo: vemos en las noticias que
ocurrió otro accidente aéreo y su gravedad, si
pasamos por al lado de un accidente automovilístico, o
si tenemos a alguien cercano que le haya ocurrido
alguna tragedia.
4. Todo aquello que distorsione su
capacidad de recordar los
acontecimientos de forma equilibrada
distorsionará sus evaluaciones de
probabilidades.
5. Para reducir al mínimo la distorsión que
provoca la variación de la capacidad
de recordar, hay que analizar
detenidamente los presupuestos de
partida para asegurarse de que su
capacidad de recordar no esta
influyendo indebidamente. Siempre que
se pueda, debemos conseguir
estadísticas reales, y no dejarse guiar por
las impresiones.