Este documento describe los bestiarios medievales, compendios de la Edad Media que describían animales reales y fantásticos y les asignaban significados simbólicos y lecciones morales. Se detalla especialmente el basilisco, una criatura legendaria con cabeza de gallo y cuerpo de serpiente que se decía podía matar con la mirada. Los bestiarios incluían tanto animales reales como imaginarios y su propósito era transmitir enseñanzas cristianas más que describir la historia natural. El basilisco se representaba a menudo en la esc
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BESTIARIOS MEDIEVALES
1. CONTEXTO HISTÓRICO
Un bestiario es un compendio de bestias. Se hicieron muy populares durante la Edad
Media en forma de volúmenes ilustrados que describían animales, plantas o motivos
orgánicos de la naturaleza. La historia natural y la ilustración de cada una de estas bestias
se solía acompañar con una lección moral, reflejando la creencia de que el mundo era
literalmente la creación de Dios, y que por tanto cada ser vivo tenía su función en él. El
bestiario, por tanto, es también una referencia al lenguaje simbólico de los animales en la
literatura y el arte cristianos de occidente.
Dentro de los bestiarios encontramos bestiarios reales y bestiarios fantásticos,
dragones, arpías, sirenas, basiliscos, centauros, etc.
Los bestiarios medievales son procedentes del mundo grecorromano, bizantino y persa, el
bestiario fantástico se apodera del mundo románico no sin resistencias y críticas por
pensadores de la época. Pero el románico sacraliza esta estética pagana convirtiendo a los
animales -tanto reales como imaginarios- en portadores de virtudes o perversiones por lo
que su aparición en capiteles, canecillos, tímpanos, etc. es reinventada y usada con sentido
de enseñanza y advertencia.
Quizás es el bestiario fantástico el motivo escultórico que más interés genera entre nosotros
y el que mayor efecto de intimidación provocaría en el hombre medieval.
Generado por combinación de partes de animales diferentes, su estampa, en ocasiones
atroz, se reforzaba mediante lucha con hombres indefensos, con el objetivo de conmover
para renegar del pecado.
Aunque cualquier símbolo tiene dualidad de significados, incluso completamente opuestos,
el románico usó ciertos animales con predilección para manifestar el bien y otros como
formas del mal y del diablo.
Entre los primeros se encuentran fundamentalmente las aves en general, a menudo por
comparación con el alma, ya que pueden ascender y alejarse de lo terrenal en busca del
cielo, y en ocasiones se les representa picando sus patas para poder despegar de la tierra y
poder volar hacia las alturas. Un ave especialmente representada como ejemplo del bien
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es la cigüeña, por su carácter de ave de buen agüero, además de ser monógama y comer
serpientes (se le representa a menudo con una serpiente en su pico). También el león o el
águila, por su fuerza y nobleza, suelen representar valores positivos, inclusive al propio
Cristo. Es frecuente encontrar leones, águilas y grifos en las enjutas de las portadas, como
guardianes del templo.
Dentro del bestiario fantástico existen animales empleados con carácter positivo, como
los grifos (cabeza y alas de águila con cuerpo de león) que dada su combinación de partes
de animales nobles se usan, como se ha indicado, como guardianes en las entradas
(puertas y ventanas) de las iglesias.
Sin embargo, los animales fantásticos maléficos es mucho más amplia su explicación.
Los dragones son los más genuinos enemigos de Dios y el hombre. Su representación en el
románico se aleja de las formas que las leyendas nórdicas de siglos posteriores han hecho
llegar hasta nuestros días.
2. LOS BASILISCOS
Los basiliscos (cabeza monstruosa con cresta de gallo con cuerpo y cola de serpiente) son
los encargados de transportar las almas de los condenados al infierno.
El basilisco era un ser mitológico creado por la mitología griega que se describía como una
pequeña serpiente cargada de veneno letal y que podía matar con la simple mirada, que
consideraban el rey de las serpientes. Posteriormente se lo ha representado de diversas
maneras siempre con características retinianas.
Representación típica de un basilisco
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En el siglo VIII, el basilisco era considerado una serpiente dotada
de una cresta con forma de corona o mitra en su cabeza, siendo
el animal en sí de tamaño variado. Supuestamente, el basilisco
nacía de un huevo de gallina empollado por un sapo, lo opuesto
al cocatriz, que según se decía nacía de un huevo de sapo o
serpiente empollado por una gallina.
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Según Plinio, el basilisco era oriundo de Cirene, y no medía
más de 20 dedos de longitud. Poseía una marca blanca en la
cabeza que se asemeja a una diadema. Además del poder de
matar con la mirada, su influencia era tan nociva que su aliento
marchitaba la flora del entorno y resquebrajaba las piedras.
Los únicos métodos seguros de matarlo era con el canto del
gallo, el cual aterrorizaba al basilisco, o con una comadreja, la
cual era el único animal capaz de vencerle con su olor, si bien
al coste de morir también ella misma.
Isidoro de Sevilla definió al basilisco como el rey de las serpientes, debido a su mirada letal y
a su aliento venenoso. Beda el venerable fue el primero en asentar la leyenda del nacimiento
del basilisco de un huevo de gallina, rasgo con posterioridad usado para
la cocatriz. Alexander Neckam fue el primero en especular que esta criatura no mataba con
la mirada, sino por la "corrupción del aire" que su aliento generaba, una teoría también
desarrollada por Pietro d' Abano.
Según Pierre de Beauvais en 1206, el basilisco nace a partir de un huevo deforme, puesto
por un gallo al llegar éste a la edad de 7 años, incubado por un sapo durante 9 años; por lo
tanto al nacer guarda todas las características de sus progenitores, cabeza de gallo, cola de
serpiente y cuerpo de sapo. Otra manera de nacer (probablemente la más aceptada) es que
nace de un huevo puesto por un gallo e incubado por una serpiente y se dice que nace con
cuerpo de gallo, lengua de serpiente y cresta.
El basilisco vive en el desierto que él mismo crea al romper piedras y quemar el pasto. Esto
sucede ya que el Basilisco exhala fuego, seca las plantas y envenena las aguas. Sin
embargo su característica más distintiva sería su capacidad de matar con su mirada. De este
modo se dice que quien mirara a los ojos de un basilisco, moriría y si lo ve por un reflejo
quedara petrificado; pero si el Basilisco se veía reflejado en un espejo , se mataba a sí
mismo.
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Algunas leyendas dicen que, Alejandro Magno mató a
uno. Se decía también que un basilisco moría cuando
oía el canto de un gallo, que para él era mortal, o se
topaba con su principal enemigo, la comadreja.
También se dice que un caballero fue en busca de
basiliscos porque había una plaga en su país así que
se puso una armadura de espejos y mato a todos los
basiliscos y lo nombraron el caballero de los espejos.
Más tarde, en la Edad Media, pasa a ser un gallo con cuatro patas, plumas amarillas,
grandes alas espinosas y cola de serpiente, que podía terminar en garfio, cabeza de
serpiente o en otra cabeza de gallo. Hay versiones de esta criatura mitológica con ocho
patas y escamas en vez de plumas.
Edad antigua
Como la mayoría de las bestias mitológicas, el origen del
basilisco se pierde en el tiempo. Las culturas antiguas dejaron
algunas muestras de la creencia en él y otras serpientes
monstruosas en las artes, pero es en la tradición escrita donde
mejor se puede seguir su trayectoria y evolución
Los egipcios creían que el basilisco nacía de los huevos de
Ibis. En el Antiguo Testamento podemos encontrar siete
referencias al basilisco, en cuatro libros distintos. Hasta el siglo I d. C., es visto como una
serpiente excepcionalmente dañina, pero físicamente no difieren mucho de otros ofidios.
Edad Media
A lo largo de la Edad Media, en Europa son comunes los bestiarios, la mayoría copias
adulteradas del famoso Fisiólogo, en los que se equipara al rinoceronte con el
unicornio. Isidoro de Sevilla copia a Plinio con modificaciones propias en el siglo VII, cosa
muy imitada en toda Europa y que hará que el conocimiento clásico se diluya tras una niebla
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de fuentes secundarias y malas traducciones, uniendo al basilisco con otros seres como
el catoblepas o la cocatriz. Antes del siglo X ya nos encontramos con leyendas de basiliscos
europeos, un animal que en la antigüedad era exclusivo de Libia, a excepción de unas pocas
historias apócrifas. En el mundo musulmán también se observa esta utilización de las
fuentes clásicas.
Edad Moderna y Contemporánea
Con el Renacimiento y la aparición de las primeras
luces de la razón el enfoque de las ciencias
naturales va tornándose más científico, y los
conocimientos sobre los seres vivos se plantea de
una manera más crítica; sin embargo, durante el
siglo XVI se acepta ampliamente la existencia del
basilisco y lo verídico de sus propiedades, por lo que
sabios y doctores se dedicaban a filosofar sobre el porqué de su veneno visual o la lógica de
su extraño nacimiento. Así mismo, por toda Europa se sigue informando de desgracias
causadas por esta bestia. En la Enciclopedia de Aldrovandi se observa el grabado de un
basilisco disecado, una falsificación común en la época que se fabricaba con los cuerpos de
un pez ángel y una raya.
Basiliscos en la escultura
En la escultura, la figura del basilisco se usaba
principalmente en los capiteles de las iglesias,
puntualmente se puede encontrar en tallas de marfil y
artes aplicadas. Existen leyendas sobre esta figura
mitológica que llevan a crear esculturas, por ejemplo,
en Viena, se puede encontrar la figura en una fachada de
la calle.
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CONCLUSIONES
Los bestiarios medievales provienen de una literatura con temas y lugares poblados de
leyendas y mitos. No resulta fácil entender las imágenes con sus claves explicatorias.
Los fantásticos animales de los bestiarios fueron clasificados en positivos y negativos, de
acuerdo a su capacidad de hacer daño o beneficiar al hombre. La Edad Media, sobre todo la
relativa al tiempo románico.
Los bestiarios son textos, en su mayoría de la época medieval, en los que se describen las
características, así como los hábitos de los animales, y después se añadía una lección moral
o espiritual con el fin de transmitir hábitos y/o costumbres cristianas.
Algunos investigadores consideran que las ilustraciones eran la verdadera razón de su
popularidad, para algunos eran sagrados que representaban símbolos religiosos o historias
de la Biblia; aunque no todas contienen un simbolismo, actualmente algunos sólo cumplen
con una función meramente decorativa dentro de la escultura.
Es importante mencionar que la mayoría de los bestiarios son anónimos y hacen referencia
a una obra escrita.
En el desarrollo del tema nos dimos cuenta que el propósito no es la exposición de historia
natural, sino utilizarlo como ejemplo, para presentar una enseñanza cristiana.
Este uso surge a partir de la idea medieval de que toda creación de Dios, incluidos los
animales, tenía por objeto proporcionar ejemplos para la humanidad de la manera correcta
de vivir, y de la cual se puede encontrar dicha referencia en la Biblia.
Los Bestiarios Medievales se tratan en primer lugar, de una cuestión religiosa, se concentran
en la enseñanza de doctrinas cristianas, con el fin de trasmitir buenos hábitos.
Pero en nuestro mundo se convierte en campo de batalla en el que se refleja el triunfo del
bien y el mal.