2. En un tiempo muy remoto hubo un rey
que dudaba de la bondad de Dios.
Su consejero dijo: “No se desanime,
porque lo que Dios hace es perfecto.
¡Nunca se equivoca!”
3. Un día el rey salió a cazar y una fiera del
bosque le atacó. Su consejero pudo matar
al animal, pero no evitar que su majestad
perdiese el dedo meñique de la mano
derecha.
4. El rey, furioso, sin agradecer que le hubiera
salvado la vida dijo:
-”¿Y ahora qué es lo que me dirás? ¿Dios es
bueno? Si lo fuese, yo no hubiera sido
atacado ni hubiera perdido el dedo”.
El consejero replicó:
-”Mi rey, a pesar de todo, le aseguro que
Dios es bueno y que si ha perdido un
dedo, será para su bien. Lo que Dios hace
es perfecto y nunca se equivoca”.
5. Indignado, el rey echó del palacio al
consejero.
Meses después, el rey salió otra vez de
caza y una tribu que vivía en la selva
le hizo prisionero.
Era un grupo muy temido que ofrecían
a sus ídolos sacrificios humanos.
6. Apenas fue apresado el rey, ellos dispusieron el
ritual para el sacrificio. Estaba todo listo, y el
rey ante el altar, cuando el jefe le examinó y
advirtió con gran disgusto:
“Este hombre no puede ser sacrificado a los
dioses, es imperfecto; le falta un dedo”.
Así el rey quedó libre.
7. Al volver al palacio, aliviado y contento,
mandó llamar al consejero despedido.
Al verlo, le abrazó: “Mi querido amigo, Dios
realmente fue bueno conmigo. Debes saber
que me salvé de la muerte porque me
faltaba un dedo. Pero tengo en mi corazón
una duda:
8. Si Dios es tan bueno, ¿por qué permitió que tú,
que tanto le defiendes, fueses echado del
palacio?
El siervo sonrió y le dijo:
¡Mi rey, si yo hubiera estado con Ud. En esa
cacería, cierto que habría sido yo sacrificado
en su lugar, pues no me falta ningún dedo!”.
9. LO QUE DIOS HACE
ES PERFECTO.
ÉL NUNCA SE
EQUIVOCA.
AUNQUE NOS CUESTE VERLO ASÍ.