Después de la Revolución Bolchevique, la Unión Soviética adoptó la Nueva Política Económica en 1921 para reconstruir la economía, permitiendo cierta propiedad privada y libre comercio. En 1923 se estableció la Constitución de la URSS y se formó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas como un estado plurinacional. El Partido Comunista controlaba la política a través del Comité Central y el Secretario General, aunque las repúblicas tenían autonomía interna.