2. “Aclamen alegres al Señor, habitantes
de toda la tierra; adoren al Señor con
regocijo. Preséntense ante él con
cánticos de júbilo… Entren por sus
puertas con acción de gracias; vengan
a sus atrios con himnos de alabanza;
denle gracias, alaben su nombre…”.
Sal. 100 NVI
3. • La gratitud es la llave que abre la
puerta del camino correcto hacia la
presencia de Dios.
“Así que nosotros, que estamos
recibiendo un reino inconmovible,
seamos agradecidos. Inspirados por esta
gratitud, adoremos a Dios como a él le
agrada, con temor reverente”. Hebreos
12:28.
El poder de la Gratitud
4.
5. 1. La gratitud cambia tu carácter.
• La gratitud puede manifestarse a través
de palabras de agradecimiento, gestos
amables, actos de bondad o incluso a
través de acciones que demuestren
nuestro aprecio y reciprocidad.
• La gratitud no aparece en la lista de los
frutos del espíritu, del libro de Gálatas,
no es un don de Dios, tenemos que
practicarlo para poder aprender y
hacer de ello un hábito.
6. Vivir con ese sentimiento agradable
que le da paz a tu mente de estar
haciendo lo que Dios pide;
reconociendo lo que ha hecho en
nuestras vidas, y darle gracias por lo
recibido.
“Estad siempre gozosos; orad sin cesar;
dad gracias en todo.” 1 Tes. 5:16-18.
7. 2. La gratitud se demuestra.
Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en
una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se
pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten
misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los
sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces
uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a
gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este
era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron
limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese
gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha
salvado. Lucas 17:11-19.
8. LA LEPRA era la más temida de
todas las enfermedades
conocidas en el Oriente. Su
carácter incurable y
contagioso y sus efectos
horribles sobre sus victimas
llenaban a los más valientes
de temor.
9. • Estaba obligado a publicar su
propia calamidad, a rasgar sus
vestiduras, y a hacer resonar la
alarma para advertir a todos
que huyesen de su presencia
contaminadora. El clamor
“¡Inmundo! ¡inmundo!” leer
Lev.13:45-46.
10. Estos diez hombres tenían la misma
necesidad y el mismo problema.
Tuvieron que dejar y abandonar a su
familia, amigos, vecinos, ocupación y
lugar de trabajo. La sociedad entera
los repudiaba.
Los 10, solo obedecieron, caminaron
por fe, y Dios obro en sanidad de su
enfermedad.
11. “Los otros siguieron su camino, olvidándose
de Aquel que los había sanado. ¡Cuántos hay
que hacen todavía lo mismo! El Señor obra de
continuo para beneficiar a la humanidad. Está
siempre impartiendo sus bondades. Levanta a
los enfermos de las camas donde languidecen,
libra a los hombres de peligros que ellos no
ven, envía a los ángeles celestiales para
salvarlos de la calamidad, para protegerlos…
pero sus corazones no quedan
impresionados… Por su ingratitud, cierran su
corazón a la gracia de Dios”.
DTG.313
12. • Ser agradecido es esencial para
vivir en felicidad y plenitud.
• Agradecer lo que somos, lo
que tenemos, lo que hemos
logrado y aprendido es
fundamental para vivir con un
alto grado de satisfacción y
bienestar.
13. • La gratitud se aprende, se practica, y está nos
provee de felicidad verdadera. Cada vez que la
practicamos vamos formando el hábito de ser
agradecidos, y la repetición nos cambia el carácter
para hacerlo mas semejante al de Dios.
• “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor,
somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
2Co.3:18