3. Hubo una vez un hombre que
pensaba en como sacar un clavo
de una tabla gruesa de madera,
pues no tenía tenazas, solo un
mazo y unos clavos. Pasó mucho
rato tratando de pensar la
manera de sacarlo y cuando iba
a desistir se le ocurrió una idea.
Tomó otro clavo y la clavó sobre
la cabeza del que quería sacar y
de esta forma el primer clavo
salió del otro lado de la tabla.
4. A veces tenemos
un odio, un dolor,
un resentimiento
que hemos estado
tratando de sacar
de nuestros
corazones y no
hemos podido por
lo arraigado
que se encuentra.
5. Existen otros clavos que
podemos usar para sacar esos
primeros que nos lastiman
tanto, puedes sacar:
El Rencor con el Perdón
El Odio con el Amor
La Tristeza con la Alegría
La Inseguridad con la
Confianza
La Ira con la Paz
La Autolástima con la
Aceptación
6. ¿Cuál es el ese "clavo" que
no has podido sacar? No
importa cual sea, debes
saber que tu no tienes por
que tenerlo clavado!...pues
ya hubo alguien que los
recibió por tí en una cruz.
“Mas el fruto del Espíritu es
amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no hay
ley." -Gálatas 5:22-23
8. María era una linda niña de cinco años de
ojos relucientes. Un día mientras ella
visitaba la tienda con su mamá, María vio
un collar de perlas de plástico que costaba
$2.50 dólares.
¡¡Cuánto deseaba poseerlo!! Preguntó a su
mamá si se lo compraría, su mamá le dijo:
- Hagamos un trato, yo te compraré el
collar y, cuando lleguemos a casa, haremos
una lista de tareas que podrás realizar para
pagar el collar. Y No te olvides que para tu
cumpleaños es muy posible que tu abuelita
te regale un billete de un dólar ¡¡enterito!!,
¿Está bien?
9. María estuvo de acuerdo y su mamá
le compró el collar de perlas.
María trabajó mucho con tesón todos
los días para cumplir con sus tareas,
y tal como su mamá le había
mencionado, su abuelita le regaló un
billete nuevo de dólar para su
cumpleaños.
En poco tiempo María canceló su
deuda.
10. María amaba sus perlas, ella las llevaba
puestas a todos lados, al Kínder, a la cama
y cuando salía con su mamá hacer los
mandados. El único momento en el que No
las usaba era cuando se bañaba, su mamá
le había dicho que las perlas con el agua le
pintarían el cuello de verde!
María tenía un padre que la quería
muchísimo. Cuando María iba a la cama, el
se levantaba de su sillón favorito para
leerle su cuento preferido.
11. Una noche, cuando terminó el cuento, le dijo: "¿María tú
me quieres?", Oh si papá tú sabes que te quiero.
"Entonces regálame tus perlas"
"¡Oh papá!" No mis perlas. "Pero te doy a Rosita, mi
muñeca favorita ¿la recuerdas? Tú me la regalaste el año
pasado para mi cumpleaños y te doy su ajuar también
¿está bien papá?
"Oh No hijita!, está bien, No importa", dándole un beso
en la mejilla, "buenas noches pequeña"
Una semana después, nuevamente su papá le preguntó al
terminar el diario cuanto: "¿María, tú me quieres?"
"¡Oh si papá tú sabes que te quiero!"
"Entonces regálame tus perlas"
¡Oh, papá No mis perlas! Pero te doy a lazos, mi caballo
de juguete, ¿lo recuerdas? Es mi favorito, su pelo es tan
suave y tú puedes jugar con el y hacerle trencitas. Tú
puedes tenerlo si quieres papá
12. "Oh no hijita, esta bien," le dijo su papá
dándole nuevamente un beso en la mejilla,
"Dios te bendiga buenas noches y dulces
sueños"
Algunos días después, cuando el papá de
María entró a su dormitorio para leerle el
cuento, María estaba sentada en su cama y
le temblaban los labios, "toma papá" dijo,
y estiró su mano. La abrió y en su interior
estaba su tan querido collar, el cual regaló
a su padre.
Con una mano él tomó las perla de plástico
y con otra extrajo de su bolsillo una cajita
de terciopelo azul. Dentro de la caja había
unas hermosas perlas genuinas. El las
había tenido todo ese tiempo, esperando
que su hija renunciara a la baratija para
poder le dar la pieza de valor.
13. Y así es también nuestro padre
celestial. El está esperando a que
renunciemos a las cosas sin valor en
nuestras vidas para podernos dar
preciosos tesoros.
¿No es bueno el Señor? Esto me hace
pensar en las cosas a las cuales me
aferro y me pregunto qué es lo que
Dios me quiere dar en su lugar?
Su amor siempre está contigo, sus
promesas son verdad. Y cuando le
damos a El todas nuestras
inquietudes, tú sabes que el verá
por nosotros.
Así que, cuando el camino por el que
viajes parezca muy difícil solo
recuerda que yo estaré aquí orando y
Dios hará el resto.
“Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para
los que le aman". (1ª Corintios 2:9)
15. Por diez años Tomás Edison intentó construir una
batería de almacenaje de cargas eléctricas.
Sus esfuerzos, estrangularon en gran medida sus
finanzas. En Diciembre de 1914, una combustión
espontánea en su estudio casi lo llevó a la ruina.
En minutos todos los compuestos empacados para
discos o cintas y otras sustancias inflamables
ardieron en llamas. Aunque los departamentos de
bomberos vinieron de ocho pueblos circundantes, el
intenso calor y la poca presión de agua provocaron
que fuera inútil extinguir las llamas.
Todo quedó destruido. El daño excedía a los dos
millones de dólares, los edificios de cemento que se
consideraban construidos a prueba de fuego,
estaban asegurados apenas por la décima parte de
esa cantidad.
16. ,
Charles, el hijo del inventor, buscó con
desesperación a sus padre, temeroso de que
su espíritu resultara dañado.
Finalmente lo encontró contemplando con
serenidad el fuego, su rostro resplandecía
mientras reflexionaba. "Mi corazón se dolía por
él", decía Charles. "El tenía sesenta años, ya
no era un joven y todo ardía en llamas"
En la mañana siguiente, Edison contempló las
ruinas y exclamó:
"Hay algo valioso con el desastre. Se
quemaron todos nuestros errores.
Gracias a Dios podemos comenzar de nuevo.
"Tres semanas después del incendio, Edison
se las ingenió para inventar el primer
fonógrafo."
Con cada nuevo día, tenemos la oportunidad
de comenzar de nuevo.
17. Habacuc 3:17 al 19 "Aunque la higuera no
florezca, ni en las vides haya frutos; aunque
mienta la obra de la oliva, y los labrados no me
den ni para mantenerme. Aunque las ovejas
sean quitadas de la majada y no haya vacas en
los corrales; con todo eso yo me alegraré en el
Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación.
El Señor es mi fortaleza... y me hará andar
sobre alturas"
Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el
poder de su fuerza. Efesios 6:10.
¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y
valiente! No temas ni te acobardes, porque el
SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera
que vayas.
Josué 1:9.
Gálatas 6:9
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque