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En el siguiente escrito haré una reflexión acerca de mis prácticas docentes
durante estos 3 años de carrera en la ENSOG, haciendo un análisis de mi pasado,
presente y para un actuar en mi futuro de manera reflexiva y para no cometer los
mismos errores del pasado.
Durante el primer año de formación en la ENSOG, teníamos una materia llamada
“Observación Escolar” en donde íbamos a diferentes escuelas para observar su
contexto tanto de la comunidad, como de la escuela y el aula, su organización,
roles, relaciones interpersonales, proyectos, infraestructura, condiciones, recursos,
problemáticas y algunas circunstancias propias del entorno o de la escuela.
Durante este año me di cuenta, que la profesión del docente es vital para la
sociedad, ya que son los que van formando a las personas del futuro y que se
integrarán al mundo, con ello les van enseñando parte de sus conocimientos para
sus vida, valores, emociones, y van conformando parte de la formación del
alumno, es por ello que me pareció un gran reto ser maestro y quería colaborar
con este gran compromiso.
Me llevé hermosas experiencias al observar a un maestro de 2do grado, en una
escuela de León, ya que sus alumnos lo estimaban, lo respetaban y más que nada
aprendían. El maestro platicaba con ellos, bromeaba, se relacionaba son todos y
llevaba una gran variedad de materiales para cada asignatura y en su cara se
miraba una gran satisfacción y alegría. El maestro nos comentó que no era un
trabajo, sino que ya era parte de su vida y una segunda familia para él.
Con esto pensé que era una carrera que te daba grandes satisfacciones y fácil de
realizar.
Manen (1998) explica “Reflexionar concienzudamente con los compañeros sobre
la práctica y el significado de las experiencias pedagógicas.”
Pero no podía reflexionar algo que solo estaba viendo, cuando ni siquiera sabía
que había detrás de esa hermosa experiencia, de eso me di cuenta hasta que
llegó la hora de practicar.
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Mi primera práctica fue en un grupo de primer grado, en Romita, Gto., en general
los alumnos eran tranquilos y la maestra muy estricta, en esta práctica me sentía
nerviosa ya que no tenía ninguna experiencia, al principio me trababa mucho a la
hora de hablar y mis explicaciones eran rápidas y poco claras, les dejaba varios
trabajos a los alumnos y solo se los revisaba de manera superficial, así como
tampoco no tena una evaluación objetiva. No sabía que enseñar requería de una
planeación tan elaborada y con un objetivo preciso de cada cosa que estábamos
realizando (Tomlinson, 2001).
Lo que si me gusto de esta práctica fue que me relacioné con los alumnos, los
conocí y me la llevaba bien con ellos, así como también me respetaban. También
aprendí dos elementos que son importantes para enseñar algo a alguien: una
planeación bien elaborada y reflexionada y el uso de materiales educativos.
Ya en el siguiente semestre practiqué en un grupo de segundo grado, en Romita,
Gto., este puedo decir que ha sido el gran reto que he tenido en el transcurso de
mi carrera, ya que era un grupo con 35 alumnos, 17 hombres y 18 mujeres, los
cuales puedo decir que la mayoría de ellos estaban experimentando sus cambios
físicos y hormonales, normales de la adolescencia.
De lo que platicaban durante el receso o las clases era de lo que iban a realizar al
salir de la escuela, de la persona que les gustaba, de problemas que tenían con
otros compañeros o del chisme del día. En esta etapa pude notar que les
interesaba más comprender su desarrollo y experimentar nuevas cosas, en donde
a la escuela la utilizaban mas como un medio más que como un fin en sí misma.
Explicaba mis clases pero los alumnos no escuchaban, platicaban y generalmente
lo que hacía era callarlos y sentarlos ya que eran muy inquietos y siempre se
estaban parando para platicar con otros compañeros o pelearse a la hora de
clases. Con el maestro titular eran iguales pero como los amenazaba con la
calificación se calmaban.
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Pero para mí fue muy difícil ya que contados eran los que ponían atención a lo que
les enseñaba y generalmente a la hora de hacer los trabajos todos copiaban a los
3 o 4 que si habían realizado dicha actividad.
Había un líder el cual los animaba a los hombres para realizar relajo y en las
mujeres se mandaban papelitos por los cuales platicaban los cuales se lanzaban
durante todo el transcurso de la clase y otros que estaban juntas todo el tiempo
estaban platicando.
En este grupo aprendí a controlar mis emociones y trabajar sobre mis formas de
actuar para controlar situaciones, así como relajarme en el trabajo docente, ya que
antes era muy estricta y nerviosa cuando no se cumplía algo al pie de la letra, con
este grupo aprendí a tranquilizarme y a ver la enseñanza de manera más relajada
y una educación en base a las necesidades de los alumnos mas no del maestro,
ya que si no comprendía sus cambios normales que estaban sufriendo me iba a
desgastar mas y hubiera hecho corajes en vano tratando de callarlos.
Así como nos lo explica Manen (1998) “reflexionamos sobre la forma en que
reflexionamos, sobre la forma en que teorizamos para llegar a una comprensión
más autorreflexiva da la naturaleza del conocimiento, y para saber cómo funciona
este conocimiento y cómo puede aplicarse a la comprensión activa de nuestra
acción práctica.
Ya que si hubiera seguido actuando de la misma manera imponente, callándolos y
haciendo corajes, iba yo a ser la mala, que no comprendía a los alumnos, así que
el maestro debe de reflexionar como llegarles a sus alumnos, adaptarse y
modificar sus clases en base a sus características, necesidades y formas de ser.
Chance si hubiera cambiado mi práctica docente de forma más kinestesica, con
mas actividades donde ellos interactuaran entre ellos, se movieran, platicaran,
hubiera cambiado todo, pero esto ya lo reflexione en los últimos días de práctica,
fue una reflexión retroactiva (Manen, 1998).
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En mi siguiente práctica en 3er grado de secundaria, en la comunidad de
valencianita, Irapuato, en esta práctica me enfrenté con circunstancias
contextuales, que fueron mi problemática.
Una de ellas fue la relación con la directora, ya que desde el primer día no me
dejaron practicar en 3ro, ya les habíamos echado mucho la mano a los maestros y
nos quería mandar a segundo grado, al final se resolvió el problema y nos dejó en
3ro.
Las acciones de la directora modificaron mucha de la organización escolar, ya que
al imponerles el trabajo a los maestros de manera muy estricta en planeaciones y
oficios de talleres que daban, estos optaron por ya no darlos, después de los
honores a la bandera regañaba a los alumnos por acciones como rayar los baños
o pelearse enfrente de toda la escuela y nos quitaba media hora de clase, y
siempre nos dejaba tareas externas a mi compañera y a mí como cuidar a los
alumnos, estar de guardia o cuidar que no rayaran los baños.
Todo esto afectaba a los alumnos, porque dentro de mi salón decían palabras
altisonantes a la directora, se quejaban, me quitaba todos los lunes una hora de
mis clases por el tiempo extra que hacia después de los honores y los maestros
decían que la violencia y las malas palabras habían aumentado desde que ella
había llegado, ya que cuando estaba el otro maestro como encargado, se
presenciaba menos y no habían tantas reacciones para defensa propia por parte
de los alumnos.
Así como también en la segunda jornada en esta misma escuela me enfrente a la
falta de recursos como pintarrón, computadora, pantalla, bocinas, luz y falta de un
salón, ya que como se estaba renovando su aula, nos fuimos afuera a dar clases,
en este momento fue cundo tuve que desarrollar mi imaginación y creatividad.
Ya que en vez de dales un video les llevaba imágenes impresas y les narraba
acontecimientos en historia, en matemáticas hacían ejercicios en su libreta que
compartían con su equipo respectivo y para poner o explicar algo hice un pequeño
pintarrón con un papel ilustre con mica, en el cual escribía pequeños conceptos o
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símbolos, hacía dinámicas. En lo que si tuve muchos problemas fue en la
comprensión ya que muchos eran visuales y la distracción, ya que como no había
paredes volteaban a cualquier ruido o por el olor de la comida, ya que la tiendita
estaba detrás de ellos.
En lo que también trabaje fue en la cuestión de evaluación, ya que era más
profunda, trabajaba en los errores que tenían y a cada alumno le daba una
pequeña retroalimentación de su desempeño.
Aunque cabe destacar que en la práctica pasada, en el grupo de 2do me di cuenta
del problema que tuve con la evaluación así que decidí mejorar y trabajar en ella
en esta práctica. En este caso fue una reflexión anticipada (Manen, 1998), ya que
reflexione en segundo grado, para fijarme en la siguiente jornada, en este caso en
tercer grado, en donde la aplique.
En esta práctica aprendí a trabajar con los recursos que tenia a mi alcance e
ingeniármelas para dar las materias de manera que comprendieran, así como
también a trabajar con problemas externos en este caso con lo sucedido con
directora y aprendí que la evaluación es más que un número es una forma de
aprender de los errores y darles un seguimiento para mejorar.
En este semestre me tocó practicar en un grupo de primer grado, en la comunidad
de San Vicente, Irapuato, en donde todas estas experiencias, aprendizajes y
reflexiones hechas durante el trascurso de estos 3 años, pienso aplicarlas en mi
siguiente práctica docente en cuanto a: la evaluación, factores externos, recursos,
interacción con los docentes, convivir con los cambios de los adolescentes,
planeación, seguridad, estrategias y diversas habilidades desarrolladas durante
este transcurso, todo esto se logró gracias a la reflexión anticipada y esta se
alcanzó mediante la ayuda de la reflexión retroactiva (Manen, 1998).
También pienso platicar con cada uno de los alumnos y conocerlos mejor, así
como realizar las clases para los alumnos y no para mí, se debe de pensar en sus
necesidades, características y gustos al momento de dar las clases, pero antes de
ello se les debe de motivar, sino nada de esto serviría.
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Referencia:
Tomlinson, Carol Ann (2001), “Una instrucción de calidad como base para la
enseñanza diversificada”, en El aula diversificada. Dar respuestas a las
necesidades de todos los estudiantes, Pilar Carcadillo (trad.), Barcelona, Octaedro
(Biblioteca latinoamericana de educación, 9), pp.71-78
Manen, Max van (1998), “La relación entre la reflexión y la acción”, en El tacto en
la enseñanza. El significado de la sensibilidad pedagógica, Elisa Sanz Aisa (trad.),
Barcelona, Paidós Educador (135), pp.111-135.