1. FRIDA. Narra cómo sufre Santiago al llegar nuevamente al salón de clases y hallarse con
la aburrida idea, interminable a través de los años, de realizar una composición escrita
de sus vacaciones. Escribe que se enamoró de una niña sueca llamada Frida y el
sufrimiento que genera recordarla y no tenerla cerca. Sin embargo, en último instante
despierta frente a la realidad y muestra al profesor la misma composición que siempre
ha mostrado: “En mis vacaciones no hice nada especial. No Salí a ninguna parte, me
quedé en casa, ordené el cuarto, jugué fútbol, leí muchos libros, monté bicicleta,
etcétera, etcétera”.
EL DIA QUE NO HUBO CLASE. Cuenta como Juan Guillermo va posponiendo la realización
de su actividad escolar con la simple disculpa “la hago después” Así transcurre el fin de
semana atormentado por no realizar las obligaciones estudiantiles. Llega el lunes y no
hay clase como una recompensa circunstancial a su irresponsabilidad.
UN ARBOL TERMINANTEMENTE PROHIBIDO. Masticar chicle está literalmente prohibido en
el manual de convivencia por ser el enemigo número uno de los profesores. Sin embargo,
los alumnos de Quinto A rompen las normas y se dedican en desproporcionada e insólito
deseo reprimido de masticar chicle y enterrar los residuos en el jardín de la escuela. De
esta falta nace el árbol más alto del universo, ocasionando el desorden académico y
administrativo en el plantel. Y para colmo de los males, es un árbol de chicle que
generará goma para todos los alumnos de la Institución.
EL TERROR DE SEXTO B. El alumno Sergio Hernández, el cual tiene conducta condicional,
es llevado a rectoría por no realizar la tarea de inglés en repetidas ocasiones. En el
camino al lugar de juicio decide hacerle una broma a Porki. Se mete en el salón de
materiales didácticos, agarra un esqueleto con cuerda y lo asoma a la ventana y como
una “marioneta macabra” lo hace participar en la clase desde su escondite. El profesor,
después de haber leído las aventuras de Tom and Mary, pregunta a los alumnos: ¿Quién
no entendió algo? Sergio aprovecha para alzar la mano esquelética por la ventana. Porki
al ver la mano se enmudece y comienza a derramar sudor por todo su cuerpo, pierde el
control y se retira del salón sin dejar ninguna actividad para el día siguiente, lo cual fue
de mucha sorpresa para los alumnos. El profesor, que estuvo a punto de perder la vida
por tremendo susto, más nunca volvió.
MARTES A LA QUINTA HORA O LA CLASE DE GIMNASIA. Torturas a la personalidad por ser
la niña gorda del curso y sentir el desprecio imaginario de sus compañeros al vestir el
uniforme de educación física, el cual la hacía ver su figura desproporcionada. La llegada
de la hora a clase la hacía sentir intensos dolores de estómago, usar cuello ortopédico y
llegar al extremo de romperse el brazo para no asistir a clase de educación física. Pero
en una hora cualquier de las miles sufridas, Juana dijo basta ya. Entonces, más nunca
recibió las órdenes del profesor que la hostigaba para hacerla rendir más allá de sus
capacidades.
SABER PERDER. Federico Nieto, deportista, se prepara rigurosamente para alcanzar el
2. título nacional de natación. Ha estado así desde que la vida le cambio por haber ganado
medalla de bronce. Nadie lo tenía en cuenta, pero desde que ganó todos los han mirado
de otra manera. Ejemplo, Natalia. Por tal motivo se había preparado intensamente.
Estaba seguro que ganaría, pero quedó en segundo lugar. Esto lo enojó mucho y no quiso
saber de nadie. A pesar, Natalia lo esperaba a la salida para brindarle apoyo en su
soledad.
UN AMOR DEMASIADO GRANDE. Federico se enamora como loco y no halla la manera de
trasmitir su amor directamente o “poner la cara”. Él sólo la seguía con su mirada, con su
pensamiento y todas las noches se iba tarde de su ventana. Fue tanto su enamoramiento
que empezó a perder siete materias y quebrantarse la salud. Tenía el problema que no
se expresaba bien y por tal motivo espió a las parejas de enamorados para copiar los
diálogos. Llenó un cuaderno, pero nunca tuvo las agallas de practicarlos con ella. Fue
cuando tuvo la grandiosa idea de hacer un pasacalle gigante y escribir “Te amo Juanita”.
En el intento de poner el pasacalle a media noche para que nadie lo vea, es sorprendido
por la policía que lo confunde con un ladrón. Mauricio cuenta todo su sufrimiento. El
superior de la policía lo comprende y ordena a sus subalternos a realizar la tarea del
detenido.