3. MODALES
Y COMPORTAMIENTO SOCIAL
Los buenos modales son las características de tu personalidad que te
acercan o te alejan de las demás personas, ya que son como los ojos
del alma de cada persona.
Los buenos modales jamás pasan de moda, al contrario han sabido
imponerse a pesar de todos los cambios sociales existentes y son los
buenos modales, ese distintivo que nos abre muchas puertas sin que
nos demos cuenta… por eso repasemos algunas normas básicas de
buenos modales que nunca deben omitirse, en tu espacio pensado
para la mujer,
Los buenos modales deben ser las cualidades esenciales de una mujer,
porque expresan femineidad, buen gusto, buena educación y sobre
todo cultura, por eso debe toda mujer hacer práctica constante de
estas sencillas reglas de buen comportamiento.
4. Los modales que jamás se deberían
perder:
Las palabras que nunca deben faltar en tu vocabulario diario: Por favor, Gracias y Permiso.
Saber aceptar las responsabilidades sin quejas ni reclamos innecesarios.
Levantar todo el desorden que hayas ocasionado.
Evita las vulgaridades y malas palabras.
No invadas la privacidad de los otros.
Cuida el orden de los espacios que frecuentes.
Si no estás de acuerdo con algo entonces aprende a mostrar desacuerdo con respeto y
consideración.
No eleves la voz de forma grosera.
No tomes lo que no te pertenece, y ser cortes al solicitar un favor.
Ser tolerante y mostrar buen ánimo.
No inmiscuirse en asuntos ajenos sin la respectiva autorización.
5.
Pensar antes de hablar y de actuar.
Cuando te sientes a comer recuerda las reglas básicas aunque se trate de tu
propia casa.
Ser condescendientes con las tareas del hogar.
Presta la debida atención cuando te hablen.
Guarda silencio en los lugares que lo necesiten.
No secretearse delante de otros ni hablar de intimidades en lugares públicos.
Ser generosa si la situación lo amerita.
Ser cortes al hablar por teléfono.
Ser respetuosa con las personas mayores.
Aprender a ser servicial: ceder el asiento, el paso o el puesto en la fila a una
persona mayor o embarazada.
Tocar la puerta de forma consistente pero respetuosa.
Ser considerada con el prójimo y en situaciones que ameriten tu colaboración.
Saber obsequiar una sonrisa.